Lectores :)

jueves, 26 de julio de 2012

CAPÍTULO 4 ^^

Alice y Sophie me despertaron, ya eran las 8 y tenía que ir a negociar mis condiciones de trabajo a la tienda. Bajé a la cocina, cogí un bol de la estantería y me preparé unos cereales. Cuando me los terminé dejé el bol sobre el lavadero. Reparé en una cartulina que había en la nevera. Era un calendario a tres colores, Alice: Azul, Sophie: Rojo, y yo amarillo. Dirigí la mirada hacia el martes y hacia los cuadrados amarillos. Tenía que poner la mesa, limpiar el baño, y hacer la comida y la cena. “Seguro que esto lo ha hecho Sophie” pensé. Subí las escaleras y me metí en mi cuarto. Mientras elegía la ropa que me iba a poner, iba metiendo la otra en el armario. Al final, decidí ponerme esto Clikc aqui y me dejé el pelo suelto. Tenía cara de muerta, estaba cansadísima, así que me pinté los ojos intentando disimulas mis ojeras. Cogí mi bolso y salí hacia la tienda, que no quedaba lejos, a unos 10 minutos a pié. La tienda era de música, se vendían guitarras, trompetas, y todo tipo de instrumentos, a demás de materiales para conservarlos y todo eso. El jefe me había explicado que mi trabajo sería de dependienta, porque, aunque la tienda me pertenecía, no sabía como llevarla y el me había ofrecido su ayuda. Aun así, podía tomar decisiones como encargo de material, cambio de turnos, aumentos de sueldo... podía hacer prácticamente de todo, menos despedir a los demás empleados. La tienda estaba situada en una gran calle. Se llamaba “La Partitura“. Al entrar, el jefe, Brad, me enseñó la tienda y me dio mi horario de trabajo. Trabajaba por la tarde, a las 15:30 y terminaba a las 18:00 hasta que empezaran las clases de la universidad, que entonces empezaría a las 17:00 y acabaría a las 20:00, excepto los fin de semana, que no trabajaba.
-¿Cuando empiezo?- le pregunté a Brad.
-Pasado mañana. Te he dado un poco mas de tiempo para que no te agobies con la mudanza, pero el jueves te quiero aquí a las 15:30, ni un minuto mas tarde, ¿entendido?- asentí con la cabeza.
Después de esto, me presentó a los empleados. Como la tienda no era muy grande, solo había tres empleados. La primera era una chica de unos 30 años, que trabajaba toda la mañana en la tienda, el segundo un universitario de unos 19 años que trabajaba a media jornada como yo. Y el tercero... ¿donde estaba el tercero?
-¿Donde esta el empleado que falta?- le pregunté a el chico universitario.
-Siempre llega tarde. Hoy tenía que venir para conocerte, pero seguramente se le habrá olvidado. Ya lo conocerás mañana, trabaja en tu mismo turno. Soy Alan por cierto.- me dijo tendiéndome la mano. Yo se la sacudí.
-Helena, encantada.
-Bonito nombre, casi tanto como tu.- dijo con una media sonrisa. Se la devolví.
Alan era guapo. Era rubio, con los ojos verdes, tenía una sonrisa preciosa, y era alto. Tenía un buen cuerpo, o eso es lo que se insinuaba por su camiseta apretada. Estuvimos hablando un buen rato. Me hacía las preguntas típicas que se hace cuando conoce a alguien.
-¿Y tienes novio?- soltó de repente. No me esperaba para nada esa pregunta.
-No, no tengo novio, ¿porque?
-Por curiosidad...- no me miraba a la cara, se miraba las manos.- Yo tampoco tengo novia.
-Pues no entiendo porqué, eres un chico encantador.- dije mientras buscaba un chicle en el bolso. Al encontrarlo me lo metí a la boca y miré a Alan, que me miraba sonriente.
-¿Quieres uno?- le dije tendiéndole el paquete. Cogió uno y se lo metió a la boca.
El tiempo se me pasó volando. Ya eran las 13:30 y tenía que hacer la comida. Me despedí de Alan con dos besos en la mejilla, después de decirle “nos vemos el jueves” y de intercambiarnos los teléfonos.
Al llegar a casa Alice y Sophie estaban esperándome en el sofá.
-Perdón, perdón, perdón, perdón...-repetía una y otra vez- se me ha echo tarde en la tienda.
-¿Es que no has visto el horario de tareas? Te toca cocinar a ti.- me gruñó Sophie.
-Si, lo he visto esta mañana, pero ya os digo, se me ha echo tardiiisimo.
-Venga, ponte a hacer la comida que estamos muertas de hambre...- añadió Alice
Fui a la cocina y preparé una ensalada grande y unos filetes de ternera. Cuando terminamos de comer nos pusimos a charlar en el sofá mientras veíamos la tele.
-¿Que tal es la tienda?- pregunto Alice.
-Es genial, es pequeña pero muy bonita. Hay de todo.
-¿Y cuando empiezas?
-El jueves a las 15:30 y hasta las 18:00, así que no me pongáis muchas tareas por la tarde.- dije mirando a Sophie.
Alice se fue a fregar los platos y yo me quedé hablando con Sophie. Me dijo que se había pasado por la universidad, que era muy bonita. En la recepción le habían dicho que todo estaba correcto, todos los papeles rellenados y todo sin ninguna complicación.
-Me han dicho que la semana que viene hay que estar un poco antes, como unos diez minutos, para que nos enseñen las instalaciones antes de las clases.
-Genial.- dije sin apartar la vista de mi portátil.
Alice regresó y se sentó en el sofá. Mi móvil sonó.
-¿Diga?
-¡Hola Helena! Soy Alan. Quería saber si querías venirte conmigo y unos amigos al cine.
-¿Al cine? ¿Ahora?- repetí para que mis amigas estuvieran al corriente de la conversación. Me hicieron gestos para preguntarme quien era.- Es Alan, el chico de la tienda.- dije tapando el micrófono del móvil.
-¿Que dices?.- decía mientras mis amigas me enseñaban sus pulgares arriba para decirme que aceptara.
-¿Pueden venir mis amigas también?- ellas negaron con la cabeza.
-Claro, que se vengan. En la plaza de la tienda en media hora.
-Hasta ahora.- colgué el teléfono.
-¿Porque le has dicho que vamos nosotras?- preguntó Alice.
-Casi ni le conozco.
-¿Y? Puede que el te quiera conocer a solas.- dijo dándome codazos. La fulminé con la mirada.
-Pero me iba a morir de vergüenza sola.
-Pero....
-¡Vale ya!- la interrumpió Sophie.- Sea como sea vamos a ir, y solo tenemos media hora para prepararnos, así que las dos a la ducha, y cuando salgáis de vuestro cuarto os quiero ver tan guapas que me quede con los ojos abiertos de por vida y con una sonrisa que os de la vuelta a la cara, ¿entendido?- las dos asentimos rápidamente y nos fuimos a nuestros respectivos cuartos de baño.
Como solo tenía menos de media hora salí enseguida de la ducha, a diferencia de otras veces, que me podía estar como unos 10 minutos fácilmente. Al salí rebusqué en mi armario, hasta que decidí ponerme esto Click aqui y bajé al salón. Alice y Sophie me estaban esperando. Sophie llevaba esto Click aqui y Alice esto Click aqui. Cuando llegamos al cine, no vi a Alan. Miré mi reloj, ya tendrían que haber estado aquí hace 5 minutos. Nos pusimos a mirar mejor.
-¡Ahí!- dijo Alice señalándolo con el dedo. Solo se veía la figura de un chico levantando la mano y sacudiéndola en el aire, pero si, era Alan, lo supe mas que nada por su pelo.
Nos acercamos. Había unos 3 chicos con el, y otras dos chicas. Nos presentaron, pero sinceramente no me acuerdo de sus nombres, solo se que uno estaba tonteando con Sophie, cosa que no le hacia ni pizca de gracia, era de la clase de chicas que se sienten incomodas delante de los chicos a los que no conocía demasiado, y mas si intentaban ligar con ella. Estuvimos un rato decidiendo que película queríamos ver. Al final nos decantamos por una película que acababan de estrenar. Entramos y Alan me invitó a unas palomitas, a lo que le dije que no, pero insistió, al menos le convencí para que las compartiera conmigo, nunca me había conseguido acabar uno de esos enormes cuencos de palomitas de los cines. Al entrar Sophie se puso en medio de nosotras dos, decía que no quería que el chico que estaba tonteando con ella se le pusiera al lado. Alan se sentó a mi derecha, con el gran bol de palomitas en las rodillas. Empezó la peli. Me empezó a gustar, y me quedé muy concentrada viéndola, casi ni pestañeaba. Mas o menos a mitad de la película, Alan bostezó y pasó su brazo sobre mi hombro. No le di importancia y seguí viendo la peli, pero a los pocos minutos se acercó a mi y me besó en el cuello. Los ojos se me abrieron como platos, ¿que estaba haciendo? Me puse super nerviosa, así que busqué una escusa para que se apartara de mi. Me levanté del asiento.
-¿A donde vas?- preguntó.
-Al baño.- respondí mientras caminaba.
No tenía ganas de ir al baño, pero tenía que salir de ahí. ¿Porqué había hecho eso Alan? ¿Estaba ligando conmigo? Obviamente. Como le iba a decir que no quería nada con el... “Espera... ¿No quiero nada con el?” pensaba mientras me miraba al espejo. Alan era guapo... y estaba bueno, pero era mi amigo, o así le había considerado yo. Igual si solo teníamos un rollo tonto, no pasaba nada, ¿no? Tenía muchísimas ganas de enrollarme con el, pero no quería nada mas, que al salir del cine fuera como si no hubiera pasado nada. Al final decidí preguntárselo. Me senté de nuevo en el asiento, dispuesta a hablar con el, pero no me dio tiempo ni a decir “hola” Alan me empezó a besar muy lenta y suavemente en cuello. Me sorprendí, pero no le aparté, quería que lo hiciera. Miré a los lados para comprobar si alguien nos estaba viendo. El seguía besándome el cuello. Mi respiración se agitaba. No podía mas, quería besarle, así que lo hice. Le agarré del cuello llevándole así a mis labios. De vez en cuando me daba cuenta de que estábamos en el cine, y le hacia parar, pero el enseguida se volvía a lanzar a mi. Al acabar la peli nos separamos rápidamente. Todo se iluminó y la gente empezó a salir de la sala. Me di cuenta de que nuestro gran bol de palomitas había acabado en el suelo. Me moría de vergüenza, “nos han pillada, nos han pillado, nos han pillado...” me repetía una y otra vez en mi cabeza, y para colmo, Alan no me quitaba ojo de encima, estaba claro que no sabía disimular.
-Esta noche vamos a ir a una discoteca, ¿os apetecería venir?- dijo Alan mirándome. Hice intención de responder, pero Alice se me adelantó.
-¡Claro! ¿A que hora?
-A las 23:00 os pasamos a buscar. Me mandáis vuestra dirección, ¿vale?
-Estupendo.- dijo esta vez Sophie.
Nos despedimos de todos y nos fuimos para casa. No habíamos avanzado a penas 100 metros cuando empezó el interrogatorio.
-¿Te has enrollado con Alan?- dijo Alice gritando.
-¡CHSSS! ¡No grites!- dije bajando la voz.
-Si no nos entienden... Bueno, lo importante, te has enrollado con Alan.-dijo Sophie.
-Y de que manera, se agarraba a sus morros como si se fuera a caer por un precipicio.- dijo Alice. Las dos se empezaron a reír.
-¿Tanto se ha visto?- dije avergonzada.
-Jodo, era imposible no veros.- me respondió Alice.
-Bueno.. tu estabas a mi lado, igual los demás no nos veían...
-No creo. Todo el cine estaba pendiente de vosotros. Es que, si al menos hubierais disimulado un poco... pero no os habéis cortado ni un pelo ¿eh? Jajajaja.
-Por favor que vergüenza...
-Pero cuéntanos que ha pasado.- intervino Sophie.
Se lo conté todo, del principio al final, también que yo solo quería un rollo, nada mas.
-Esta noche, en la disco, se lo diré. No quiero que se piense cosas que no son.
-Pues por la manera en la que te miraba a la salida del cine, no creo que el te quiera solo como lío-amiga.- masculló Sophie.
Casi sin darnos cuenta, ya estábamos en casa. Preparé la cena y nos fuimos a preparar para la noche.


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