Lectores :)

jueves, 1 de agosto de 2013

CAPÍTULO 16.

Narra Helena.

A diferencia del resto del apartamento de Zayn, la cocina era un auténtico desastre. No podía encontrar ni un maldito vaso para beber agua. Resignada, opté por pedirle ayuda a mi anfitrión.
-¡Zayn!.- grité.- ¡Dónde tienes los vasos!
-Tranquila, no estoy sordo.- entró por la cocina, con el ceño fruncido.
Chasqueé la lengua.
-La costumbre, ya sabes.- respondí dándome aires.
-Oh perdone majestad. Olvidé que usted vivía en un palacio.- se inclinó hacia delante, haciendo una pequeña reverencia.
Resoplé.
-Deja de hacer el tonto y dame un vaso.
Zayn se dirigió hacia una de las alacenas que rodeaban la cocina, (a las que por cierto no llegaba) y se detuvo en una de ellas.
-¿Qué se dice?.- preguntó, como si le estuviera hablando a un bebé o a un perro.
Resoplé.-¿Por favor?
Sonrió burlón.-Eso está mejor.
Alargó el brazo y todos los músculos de su espalda se estiraron y contrajeron. Suspiré. Quise apartar la mirada, pero no pude. Los pantalones de su pijama colgaban de sus caderas, dejando a la vista de cualquiera gran parte de sus calzoncillos. Era una imagen que me gustaba demasiado.
Con excesiva lentitud, agarró uno de los vasos y me lo entregó. Salí de golpe de mi mundo, lleno de espaldas musculadas y calzoncillos de Calvin Klein para toparme de lleno con la realidad. Avergonzada, bajé la mirada al suelo y sacudí la cabeza para despejarla.
-Su vaso, majestad.- dijo Zayn con voz melosa, lenta y ronca.
-Oh, para ya.- respondí, mientras recuperaba el control sobre mi misma.
Agarré el vaso que me tendía y nuestros dedos se rozaron. Levanté los ojos hacia los suyos como si algo me hubiera obligado a hacerlo, y cuando mis ojos azules se toparon con los marrones de Zayn, el mundo desapareció a mi alrededor. Zayn me miraba con la boca ligeramente abierta, como si me viera por primera vez. Ninguno de los dos había soltado el vaso, y nuestros dedos siguieron en contacto. Casi inconsciente de mis movimientos di un paso al frente, para quedarme a escasos centímetros de Zayn. Me encontré a mi misma pensando en lo fácil que sería alargar la mano para tocarle la mejilla o para apoyarla en su hombro, pero no hice ninguna de las dos cosas. Zayn adelantó otro pequeño paso al frente, sin apartar su intensa mirada de la mía. Rompiendo el contacto de nuestras manos dejó el vaso en la encimera y su mano colgó en un lado de su cuerpo. Parecía que hubiera pasado una eternidad cuando poco a poco fue inclinando la cabeza hacia delante y nuestras narices se rozaron. En respuesta a su tacto, mis manos volaron hacia su cuello y se entrelazaron por detrás. Zayn tragó. Me abrazó por las caderas, pegándome del todo a el. Cerré los ojos cuando vi que Zayn lo hacía y como si nos hubiéramos puesto de acuerdo empezamos a acercarnos poco a poco. Sentía la respiración de Zayn cada vez más cerca de mí, como un aviso de lo que estaba a punto de suceder. Quería esto, quería que me besara. En el momento que nuestros labios se rozaron Zayn se quedó paralizado. Dejó de respirar y detuvo su avance, y al segundo siguiente me había soltado. Confusa, abrí los ojos lentamente. Zayn estaba parado en la otra punta de la cocina, mirándome con los ojos abiertos como su me hubiera salido una tercera cabeza.
Le miré con el ceño fruncido, intentando preguntarle con la mirada que había pasado, qué estaba mal.
No dijo nada. Con una última mirada a mis ojos se dio la vuelta para desaparecer por la puerta.
Todas las emociones del día volvieron de repente sin ningún aviso, y me sentí abrumada. Lo único que pensé en ese momento fue: Necesito una ducha.

Tenía muchas cosas en las que pensar, y me dí cuenta que por mi falta de tiempo ni siquiera había pensado donde estaba.
¡En casa de Zayn! ¡Estoy en casa de Zayn! ¡Duchándome en casa de Zayn!
Demasiadas cosas en una cabecita tan pequeña como la mía. Tiempo insuficiente para pensar en todas.
Primero me centro en las cosas más “insignificantes” y voy subiendo en la escala.
1.- Fuga.
Había caído en la conclusión de que irme de casa por enfurruñarme con mi hermano era un poco... infantil. ¿Qué tenía, 6 años? Debería haberme quedado en casa para hablar las cosas con Alice, aunque en esos momentos no me sentía con fuerzas para enfrentarme a ella. Además, no tenía pensado volver hasta dentro de unos cuantos días. No quería a Peter por mi casa, y eso era indiscutible. Esperaría a que se calmaran un poco las cosas y a aclararme los pensamientos y luego hablaría con Alice.
2.- Alan.
¿Porqué Alan no había estado en casa? Me había dicho que podía quedarme con el el tiempo que necesitase, me había dado la dirección de su apartamento. De no haber llamado a Zayn para que me llevara, estaría empapándome en el portal de su puerta. Decidí llamarle en cuanto saliera de la ducha, para que me diera alguna explicación.
También tenía que aclara mis sentimientos hacia el. Desde la última vez que nos vimos le he estado dando vueltas. No me gustaron nada los mensajes que me había mandado, como si yo le perteneciera y le tuviera que dar explicaciones de lo que hago o dejo de hacer. Además, ¿desde cuando me metía en esos líos de “no estamos saliendo pero te beso cuando me da la gana y me pongo celoso si vas con chicos”? Era estúpido. Y si os soy sincera, sólo me gustó besarle en el cine. Los besos en la discoteca... fueron vacíos. No sentí nada, ni deseo ni atracción ni nada.
¿Puede ser eso posible? ¿Que te guste un chico por la tarde, y que te deje de gustar por la noche?
Bueno, gustar, gustar... Es una palabra algo fuerte, ¿no? Yo diría que me sentía atraída por el. El chico era majete y eso. Guapo, amable y majete. Pero definitivamente no me gustaba.
Tendría que darle más vueltas a este tema, pero antes de que me arrugara en la ducha como una pasa, tenía que abarcar el tema más importante de todos.
Ahora tengo que pensar en Zayn.
3.- Zayn.
Zayn... ¿cómo habíamos llegado a esta situación? No hacíamos otra cosa que no fuera provocarnos el uno al otro. Había entrado en un juego que no sabía que existía. Y como si tuviera poco con eso, habíamos estado a punto de besarnos en la cocina. Pero Zayn se había apartado.
¿Por qué te has apartado, Zayn?
Había querido besarle. Creo que nunca había querido besar a alguien como había querido besar a Zayn en ese momento. Había sido diferente a las otras veces, en las que solo queríamos provocarnos el uno a otro por pura diversión. La mirada de Zayn había sido diferente, más dulce, tierna, compresiva... y no dura como en el pasillo.
Los dos disfrutábamos con nuestro juego, eso estaba claro, pero el casi-beso de la cocina no había formado parte de eso.
Estaba confundida. ¿Que sentía por Zayn? Hasta el momento había pensado que éramos amigos. Nuestro juego de provocación mutua no contaba. Eramos amigos. Pero el casi-beso me había descolocado totalmente. Siempre había pensado en Zayn como un chulito, pero conforme lo conocía podía ver cosas que no apoyaban para nada esa teoría. Como me había consolado en el coche, por ejemplo, era una de las pruebas principales. Me había tratado con el cariño de un amigo. Se había preocupado por mí y me había ayudado mucho. ¡Estaba en su casa!, si eso no es preocuparse...
Yo creo que atracción puede ser la mejor manera de definir lo que siento por el.
Mmmm... atracción. Si, eso vale. Pero por otra parte...
Me gustaba cuando se preocupaba por mí, cuando se ríe conmigo, cuando me abraza con cariño, como en el coche, cuando intenta hacerme reír... En definitiva, cuando era mi amigo. Amigo. Mi amigo Zayn. Eso era.
Pero también te gusta cuando te toca, cuando se muerde el labio, cuando sonríe de lado, cuando se ríe en tu oreja, cuando su nariz toca la tuya, cuando te acaricia el cuello con sus labios...
Me sorprendí a mi misma con esos pensamientos, y los detuve tan rápido como habían aparecido.
¿No podemos dejar este estúpido juego y ser amigos, amigos normales?
Definitivamente, no siento nada por el. Es mi amigo. Prefiero a Zayn amigo que Zayn juguetón.
¿Y porqué has entrado en su juego?
Oh, mierda. No había siquiera pensado en eso. No era diferente lo que Zayn hacía para seducirme de lo que yo hacía para seducirlo a el. Los dos estábamos intentando “conquistar” (a falta de una palabra mejor) al otro.
Supuse que la razón de Zayn era simplemente que le gustaba tontear con chicas, pero, ¿la mía? ¿que razón tenía yo para hacer lo que hacía? ¿diversión, quizás?.
Te encanta provocarlo.
Era divertido ver a Zayn con la respiración agitada y todo eso, y estaba bastante gracioso cuando perdía el control y me miraba con los ojos abiertos como platos, pero de que fuera divertido a que me encantase hacerlo...
Te encanta.
Me divertía, ya está.
Te encanta.
Igual disfrutaba un poco.
Te encanta.
Incluso me gustaba.
Te encanta.
No, no me encantaba.
¿Ah, no? ¿Y por qué estas pensando ahora mismo en lo que ha pasado en el pasillo? ¿en lo que pasó en el parque? ¿en lo que podría haber pasado en la cocina? Y hablando de cocina, ¿me vas a decir que no te has fijado en los músculos de su esp.
Vale, me encantaba provocar a Zayn.

Con las ideas un poco más claras salí de la ducha y me enrollé el cuerpo en una toalla que había cogido prestada del armario del baño y el pelo en otra más pequeña. Le quité el seguro a la puerta del baño y asomé la cabeza para comprobar que Zayn no andaba por ahí, y salí disparada hacia a mi habitación, cerrando la puerta tras de mi. Suspiré aliviada. Me senté en la cama a sacar mi pijama de mi mini-maleta, cuando me di cuenta de que no me había traído pijama.
¡CLIN CLIN CLINNNN PREMIO!
Me maldije a mi misma. Tendría que pedirle a Zayn que me dejara algo para dormir. Apreté más la toalla contra mi cuerpo y salí de mi habitación.
-¿Zayn?.- dije, solo con la cabeza asomada. Al ver que nadie me respondía, fui saliendo poco a poco.
-¿Zayn?.
Seguía sin contestarme. Me negaba a pasearme por el apartamento solo vestida con una toalla, no pensaba ir a buscarlo.
-¿Zayn, donde estás?.- elevé mi tono de voz.
-Aquí.- respondió, por fin, a mi espalda.
Me giré con toda la dignidad con la que una puede girarse estando vestida con una toalla blanca e hice frente a Zayn. Había salido aparentemente de la cocina. Supuse que estaría haciendo la cena.
Menos mal, me muero de hambre.
Zayn me miró de arriba a abajo sin disimular lo mas mínimo. Luego volvió a posar la mirada en mis ojos, con una sonrisa burlona adornando su cara.
-Que guapa.- sus cejas se elevaron en admiración.
Mi cara enrojeció un poco. Deseé que no se notase.
-No me he traído pijama.- le miré a través de mis pestañas y parpadeé un par de veces.
-Tranquila, te doy permiso para ir desnuda. Ningún problema.
¿Es este el mismo chico que había estado a punto de besarme hacía apenas media hora?
Al parecer, el Zayn juguetón había vuelto.
-Muy gracioso.- abandoné mi apariencia de niña buena.- Confiaba en que me podrías dejar algo.
Zayn me volvió a repasar con la mirada, al tiempo que hacía comentarios susurrados que no llegaba a comprender.
-Ven.- se dio la vuelta y entró en su habitación.
La habitación de Zayn era la única parte de la casa que no había visto. Era bastante simple, ni grande ni pequeña, con los muebles justos. Una cama de matrimonio ocupaba gran parte de la pared izquierda, y lo que quedaba de esta lo cubría un armario de madera. En frente de la cama había un escritorio con un portátil encima y varios libros apilados.
Nunca me había planteado que Zayn estudiara.
Dos estanterías repletas de libros y CD's adornaban las paredes de encima del escritorio y la cama. En la pared de enfrente a la puerta un gran ventanal que ocupaba toda la pared dejaba ver las luces de la ciudad, y delante de este había un sillón de ruedas.
Zayn abrió el armario y empezó a rebuscar entre los cajones.
-Ten, igual esto te sirve.
Cogí algo dudosa el pantalón de chándal que me tendía y la camiseta blanca.
-Gracias.- sin más miramientos salí disparada a mi habitación.
Me puse la ropa que Zayn me había dejado. La camiseta me iba bastante grande, por los muslos, y el pantalón se me caía un poco, pero si anudaba bien la goma aguantaba.
Me sequé el pelo con la toalla, pero como no tenía secador ni nada por el estilo tuve que dejarlo mojado.
Seguro que por la mañana parezco Mufasa.
Salí de la habitación y me dirigí a la cocina. Estaba muerta de hambre.
Al entrar en la cocina, me topé de frente con una imagen de Zayn de espaldas cocinando algo a la sartén. Olía de maravilla.
Sigilosamente me acerqué por detrás y me coloqué a una distancia prudente.
-¿Qué hay de cena?.- Zayn pegó un pequeño bote y se giró para mirarme.
-Joder, que susto.
-Oh, que penita, ¿no te gustan los sustitos?. Bueno, igual así entiendes porqué no me gusta que me los des a mí. Pero debo admitir que tenías razón, es bastante divertido asustar a la gente. La cara que se te ha quedado era de película.
-Solo es gracioso cuando los sustos los doy yo.
-No estoy de acuerdo.
Al final, tuvimos una cena tranquila. Agradable, divertida... Parecíamos dos amigos normales y corrientes. Zayn daba signos de haber olvidado lo de la cocina, así que yo tampoco lo mencioné. Estaba todo bien como estaba. Al acabar de cenar, Zayn me preguntó si quería ver una peli en el sofá, y como no tenía ni pizca de sueño le dije que si.
-Quiero ver Saw.- insistía Zayn.
-Si pones Saw, me voy a dormir.- le dije muy seria.
-¿Tanto miedo te da?
-¿Miedo? ¡Asco! ¿Tu has visto esas películas? Son como documentales sobre anatomía humana mezclados con los vídeos del primer día de trabajo de un aprendiz de carnicero.
-No seas exagerada. Molan mucho.
-No voy a ver eso.- dije rotunda.
Zayn resopló y se rindió. No alcancé a ver que película ponía, pero me aseguró que no era de miedo. Corrí al sofá y me tumbé, ocupándolo por completo. En la pantalla de la tele apareció el título de una película aburrida de la que no me acuerdo en absoluto. Zayn dio media vuelta y se encaminó hacia el sofá. Cuando estuvo a mi lado, levantó mis piernas y se sentó en el hueco que estas habían ocupado, y luego volvió a poner mis piernas sobre su regazo.
Zayn nos tapó a ambos con una manta y nos pusimos a ver la película.
Nada más empezar a verla, me dormí como un tronco. A nosequé hora de la madrugada, Zayn me despertó zarandeándome los hombros y llamándome.
-Helena, la película ya se ha acabado.
Pero como estaba medio grogui, no me enteré de nada de lo que me dijo. Volví a cerrar los ojos y me recosté contra el sofá. Oí como Zayn soltaba una risita, y después noté como me sujetaba con sus brazos, casi sin inmutarse, y me llevó a mi habitación. Con una mano abrió la cama y me metió dentro, luego me cubrió con las sábanas.
-Que descanses, Helenita.- dijo en un susurro. Sus manos acariciaron mi pelo, y me puso un mechón detrás de la oreja. Con su mano descansando en mi cabello, me plantó un beso en la frente. Lentamente, se incorporó y salió de la habitación.

Casi al instante, me volví a dormir de nuevo, con la sensación de que solo había sido un sueño. Un dulce sueño.  



Excusa bla bla bla otra excusa bla bla. 
Chicas fantasmas (o chicos, quien sabe) que no me comentan en los capítulos: Sé que estáis ahí, no os escondáis, yo os amo. Por eso os he puesto un botoncito a la derecha especialmente para vosotras, para que os manifestéis y me deis amor. 

domingo, 21 de julio de 2013

CAPÍTULO 15.

Narra Helena.

Zayn me había conducido hasta una pequeña habitación, con una cama de matrimonio en el centro, un armario ropero en una de las paredes, un escritorio, y un balcón que daba a la calle.
-No estaré mucho. No quiero molestarte.- le había dicho cuando entré en la habitación.- Mañana me tienes fuera.
-No te preocupes,- me había respondido.- no molestas.- Y tras una sonrisa estilo Zayn, se había marchado, cerrando la puerta tras de si.
De mi pequeña mochila saqué el conjunto que pensaba ponerme al día siguiente y mi bolsa de aseo, con el cepillo de dientes, el del pelo y poco más.
Salí de la habitación, dispuesta a cotillear un poco el pequeño apartamento, que básicamente consistía en: saloncito, cocina, cuarto de baño y una habitación cerrada (que supuse que sería la de Zayn). Cuando acabé mi reconocimiento de apartamento, me paré a mirar unos cuadros sencillos que adornaban el estrecho pasillo de las habitaciones y el baño, y de la nada, una voz sonó a mi espalda, alarmantemente cerca de mi oído.
-¿Invadiendo un poco mi intimidad, cariño?- era Zayn.
Una exclamación ahogada se escapó de mi boca.
-Idiota, me has asustado.
Zayn se había acercado sigilosamente, y sin camiseta, de forma que no lo había escuchado a mi espalda, y me había susurrado al oído, como hizo cuando nos conocimos.
Aún cerca de mi oído, con los labios prácticamente pegados a este, con sus manos apoyadas en mis caderas impidiendo que me moviera y con su pecho unido a mi espalda, soltó una suave risita que hizo que me estremeciera.
-Es divertido asustarte. Algún día de estos te grabaré para que veas tu cara y nos podamos reír los dos.
-Algún día de estos me dará un ataque por culpa de tus bromitas y no te parecerá tan divertido.
Mi voz no sonó tan firme y segura como me hubiera gustado, si no que hablé casi en un susurro y con la voz temblorosa.
Mi comentario solo provocó otra risita suave, que parecía provenir de su garganta en vez de de sus labios.
Helena, sabes lo que Zayn está intentado hacer. Contraataca. Tu puedes.
Con cierta inseguridad, posé mis manos sobre las suyas. Eras grandes y suaves, con los dedos largos y finos, terminados en unas uñas perfectamente cortadas en arco. Comparadas, las mías aparentaban ser 5 veces más pequeñas de lo que en realidad eran.
Acaricié el dorso de sus manos con las yemas de mis dedos, bajo la atenta mirada de Zayn, que poco a poco fue dejando mi oído para centrarse en mi cuello, rozándolo de vez en cuando con sus labios. Con cierta delicadeza, fui guiando sus manos con las mías fuera de mis caderas, para dejarlas a ambos lados de su costado. Con un movimiento rápido, me giré para quedar cara a cara con el, y encontrarme con su sonrisa ladeada y sus perfectos ojos rodeados por espesas pestañas negras mirándome atentamente. Dejé sus manos libres, y conducí las mías hasta la parte alta de su pecho, donde estaban posados mis ojos. Sin mucha prisa, elevé mis ojos hasta que conectaron con los suyos.
-No me apetece nada aguantar tus jueguecitos, Malik.
Y disfrutando de la cara que se le había quedado a Zayn al escuchar mi respuesta y de mi victoria, me giré y empecé a caminar a la cocina moviendo las caderas todo lo que podía.
Toma esa Malik. ¿Quieres jugar? Bien, jugaremos, pero a mi manera.

Narra Zayn

Después de dejar a Helena en su habitación temporal, entré en la mía. Cogí el pijama y me dirigí a la ducha. Al salir, vi a Hel mirando sin mucho interés los cuadros de la pared. Me acerqué sigilosamente para que no me viera y le susurré con los labios pegados a su oído:
-¿Invadiendo un poco mi intimidad, cariño?
Toda ella se tensó. Tuve que reprimir una carcajada, que se quedó en risa. Apoyé mis manos en sus caderas y pegué más mi cuerpo al suyo.
-Idiota, me has asustado.
Me acerqué más a ella con intención de ponerla nerviosa.
No sabía muy bien el motivo, pero quería conseguir poner nerviosa a Helena, como había hecho en el parque. Quería que se quedara paralizada, inmóvil, y que fuera yo el causante. No os puedo explicar el motivo, porque ni yo mismo lo sé.
Tu empezaste este juego, Helena.
Iba solo vestido con unos pantalones largos grises que hacían de pijama, y Helena lo había notado. Sentía los músculos de su espalda tensándose cada vez que mi pecho desnudo rozaba la tela de su camiseta. Con un ligero movimiento, me pegué a ella. Su cuerpo cubierto por la fina tela de su camiseta de manga corta estaba en total contacto con el mío parcialmente desnudo. Dejó de respirar. Por el momento, la tenía donde quería. Inmóvil en mis brazos, sin saber que hacer o qué decir.
-Es divertido asustarte. Algún día de estos te grabaré para que veas tu cara y nos podamos reír los dos.- mis manos se movieron sutilmente por sus caderas, recorriéndolas.
Ya eres mía, Helenita.
-Algún día de estos me dará un ataque por culpa de tus bromitas y no te parecerá tan divertido.
Ya te tengo.
Pero no. Después de un breve espacio de tiempo, soltó la bocanada de aire que había estado reteniendo y agarró mis manos con las suyas, para separarlas de sus caderas con firmeza. Cuando mis manos estuvieron quietas, Hel se giró, haciendo que su pelo cosquilleara en mi pecho. Sus grandes ojos azules me miraron serios, para luego mirar a mi pecho. Sus pequeñas manos ascendieron desde sus costados, pasando por mi abdomen hasta detenerse en la parte alta de mi pecho. Un escalofrío me recorrió la columna, y me vi obligado a cerrar los ojos. Mi respiración era irregular, y el rápido sube y baja de mi pecho me delataba. Intenté volver a tomar las riendas de la situación, pero parecía una tarea demasiado difícil de realizar en esos momentos. Tampoco ayudaba mucho que Helena se dedicara a hacer pequeños círculos en mi pecho, enviando pequeños escalofríos por mi espalda. Mi respiración se agitaba más y más, y mi pulso ya iba a mil cuando Hel habló, con la voz pausada, clara y tranquila, y sin el menor signo de que hace pocos segundos estuviera deshaciéndose en mis brazos.
-No me apetece nada aguantar tus jueguecitos, Malik.
Y se marchó, con su contoneo de caderas que volvería loco a cualquiera, en dirección a la cocina, dejándome solo, confundido, nervioso, agitado y derrotado.

Helena: 2 Zayn: 1


Narra Sophie.

Harry me había dicho que le esperara abajo, así que eso hice. Me despedí de Peter y Alice y bajé las escaleras hasta el portal en un suspiro.
Al poco tiempo de estar esperando, Harry apareció ante mis narices en todo-terreno.
-¿Necesita que la lleve a algún lado, señorita?.- me dijo Harry, con la cabeza sacada por la ventanilla.
Iba imposiblemente guapo. Con una camiseta de manga corta blanca sencilla, pero que a el le quedaba espectacular, unos pantalones pitillo negros y gafas de sol encima de esos preciosos ojos verdes.
Está tremendo.
Con una sonrisa me acerqué a la ventanilla del piloto.
-La verdad es que estaba esperando a que vinieran a recogerme. Un chico. Alto, ojos verdes, pelo rizado... bastante feo si te soy sincera.
Era increíble la confianza que transmitía este chico. Yo, la chica más tímida de este mundo y posiblemente del universo, me sentía cómoda al lado de el, aunque le acababa de conocer. Bueno, la mayoría de las veces me sentía a gusto. En un día no se evapora lo que lleva años formándose.
Hizo como si estuviera ofendido. Se quitó las gafas y me miró directamente, serio e intimidatorio.
-¿A que me doy la vuelta?.
-Bah, tu sabes que estaba de broma,- dije, para luego inclinarme y posar un beso sobre la mejilla de Harry.- eres de estatura media, y tu pelo no es del todo rizado. Ondulado, diría yo.
Emitió una especie de grito, así como de indignación, puso una mueca, y finalmente, sonrió.
-¿Ondulado? ¿ESTO te parece ondulado?.- se pasó las manos por el pelo de forma algo teatral, como si se lo estuviera lavando, y cuando las apartó sus rizos cayeron desordenados por su frente. Inclinando la cabeza hacia adelante y sacudiéndolos con la mano, los volvió a colocar en su sitio.
Repite eso. Repitelo. Repitelo. Repitelo. Repitelo.
No me di cuenta de que me había pasado un buen rato mirando embobada a Harry hasta que este habló.
-Anda, sube al coche. Y cierra la boca, no queremos que te entren moscas.- dijo, claramente disfrutando de la situación.
Mi cara enrojeció, y con la cabeza escondida en mi cuello rodeé el coche y me deslicé dentro del asiento del copiloto.
Harry puso el coche en marcha.
-¿A donde quieres ir?- me preguntó sin despegar la mirada de la carretera, con las gafas colgando del escote de su camiseta y aún con la voz divertida. Estaba lloviendo.
-No sé. Donde tu quieras.- respondí tímida.
Harry me dedicó una sonrisa ladeada y volvió a centrarse en conducir.
Después de un rato de coche, Harry aparcó en frente de unos edificios altos y modernos.
-¿Qué es esto?.- pregunté confundida.
-Mi casa.- dijo el mientras salía del coche.
Rodeó el coche por delante y abrió mi puerta, para luego tenderme la mano para ayudarme a salir.
-Harry, soy bajita, pero puedo saltar 5 centímetros sin hacerme daño.
El aludido levantó las manos de forma defensiva y dio un paso atrás.
-Está claro que contigo uno no puede ser educado ni caballeroso.
Con los dos pies ya fuera del todo-terreno negro de Harry, dirigí la mirada hacia el. Abrí la boca, pero al instante la volví a cerrar, insegura de mi respuesta.
-¿Entramos?.- pregunté apresuradamente, temiéndome que Harry me tomara por una idiota nerviosa.
Una nueva sonrisa burlona tiró de sus labios.
¡ESTÁ DISFRUTANDO DE ESTO! ¡DE MI VERGÜENZA!
-Claro, ven.- me agarró de la mano y me llevó dentro del edificio.

Narra Alice.

Tengo que llamar a la RAE para que añadan en el vocablo español la palabra quE DESCRIBA COMO DE FELIZ ME SIENTO EN ESTOS MOMENTOS.
Mi nuevo y perfecto novio acababa de salir por la puerta, y mi alegría había estallado como un petardo chino. Saltaba por los sofás, corría por el pasillo, tocaba la batería con las ollas de la cocina, me subía a las mesas a dar conciertos a las sillas, floreros y acompañantes con una cuchara sopera como micrófono, me rebozaba en la cama de mi habitación, le gritaba a mi reflejo en el espejo del baño e incluso quise meterme en la lavadora a dar vueltas con los calcetines.
Tantos años de lucha por fin habían dado resultado. Era mío. Mío. Mío. Mío.
Oh, que bien suena. Mío. Mío. Mío. Mío. Mío. Mmmmm, me encanta.
Ni siquiera la huida de Helena podía alterar mi humor. Si ella no puede (ni quiere) ver lo feliz que me hace Peter, es su problema, no el mío. Si, era mi amiga y todo eso, pero tener a Peter como novio, era tener a Peter como novio. Para que os hagáis una idea, es como si vuestros ídolos salieran de los posters y os morrearan en el salón. OS IBA A DAR IGUAL SI VUESTRA AMIGA SE ENFURRUÑABA. Además, ¿acaso decido yo de quien me enamoro? No, ¿verdad? Pues ya está. No me iba a disculpar por eso.
Helena, siento mucho que mi amor incondicional hacia tu hermano haya interferido en tus planes para ignorarle el resto de tu vida.
Pero en ese momento, sola en el apartamento, lo veía todo con más claridad, y hasta podía comprender a Helena un poquito. Solo un poco. Pero su reacción había sido terriblemente desmesurada.
¿Te enfadas y te vas? Venga ya, Hel.
Un relámpago, seguido de un trueno ensordecedor, sacudió el cielo de Londres. Se me pasó por la cabeza llamar a Helena, solo para comprobar que estaba bien, que no estaba en la calle con la que estaba cayendo, pero si Sophie había dicho que estaba bien acompañada, no tendría por qué preocuparme. Seguramente estaba de party with Alan.
No podía comprender su relación con Peter, más que nada porque nunca nos había contado ni a Sophie ni a mi el motivo por el que se dejaron de hablar hace años. Por lo que yo sabía, habían estado muy unidos. Peter la invitaba a salir con el y sus amigos, e incluso el se quedaba alguna que otra noche viendo películas con nosotras hasta las tantas de la madrugada.
Pero un día de repente, PLUF. “Te odio, Peter”.
Igual algún día me atrevía a preguntarle lo sucedido a alguno de los dos, pero por el momento, me decidí por averiguar como Ted Mosby conoció a la madre de sus hijos, en otras palabras, me iba a tumbar en el sofá a ver Cómo conocí a vuestra madre.
No pensaba preocuparme. Porque Helena iba a volver pronto, seguro.
Volverá... lo sé. Pronto.



Dos cositas:
1.- Siento no haber subido el domingo pasado. He estado de vacaciones.
2.-Intentaré subir el Cap 16 algún día de la semana. También subiré el domingo.
Espero que os guste este capítulo. Comentadme porfis. Un beso muy gordo.

domingo, 7 de julio de 2013

CAPÍTULO 14.

Narra Helena.

Esperaba sentada en un porche a que Zayn viniera a recogerme en su coche, tal y como el me había dicho en nuestra reciente conversación telefónica.

*15 minutos antes*

-¿Que pasa, Helena?- preguntó el chico del otro lado del teléfono.
-Necesito que vengas a buscarme. Está lloviendo y tengo que ir a casa de Alan.
Hubo unos instantes de silencio, en los que pensé que Zayn me había colgado, pero finalmente contestó.
-¿Para eso me llamas? ¿Para que te lleve a casa de tu novio a que te de mimitos? No es lo que mas me gusta hacer un jueves por la tarde, la verdad.- dijo algo molesto, y casi en  un susurro.- Y ningún otro día.
-Alan no es mi novio.- inquirí intentando controlar lo máximo posible mi tono de voz para no gritar por teléfono.
Creo que después de esa aclaración alcancé a oír un "pues lo que sea" por parte de Zayn, pero lo dijo tan bajito que no estoy demasiado segura de si eso es lo que me contestó.
-Y además,- continué, un poco cabreada.- no voy para hacer lo que tu te piensas, degenerado.- recalqué especialmente la última palabra.
-¿Entonces....?
-Entonces me vienes a recoger a casa y me dejas en la de Alan.
-¿Intentas hacerte la graciosa? Te sale fatal.
-Cállate y ven.- espeté.
-¿Porqué tanta prisa, Gracia?
-¿Te importa mucho, Malik?
-No podría vivir sin esa información.- dijo en tono divertido.
-Si vienes a buscarme, tal vez, Y SOLO TAL VEZ, te lo cuente. Y rápido, que está empezando a llover.
-¿Y quiere la señorita que la recoja en limusina o carroza? O igual prefiere una calabaza gigante con ruedas, pero si no vas con zapatitos de cristal no creo que le pegue mucho.
-¿Intentas hacerte el gracioso? Te sale fatal.
-Te encanta mi sentido del humor.- respondió, y casi pude ver su sonrisa al otro lado del teléfono.
-Tu solo ven a buscarme.- y colgué sin esperar a su respuesta.

*Después de la conversación.*

Me encontraba acurrucada en uno de los porches cercanos a mi casa. La lluvia cada vez era mas fuerte, y no tardaría nada en empaparme. Zayn... date prisa.
Un trueno sacudió de pronto el cielo de Londres, y este fue precedido de miles de diminutas gotas de agua más. Ya se me mojaban los zapatos. Me agarré las rodillas con las manos y las apreté contra mi pecho, con el fin de encogerme y protegerme lo máximo posible, pero el maldito tiempo no tenía intención de colaborar. Una ráfaga de aire me sacudió el pelo, y la lluvia me pegó de frente en la cara. Por suerte, ese viento no duró, y solo estaba "ligeramente" mojada.
Los coches que pasaban me alumbraban con las luces de sus faros. Todo el mundo que pasaba me miraba, algunos sorprendidos de ver a una chica tan joven en la calle, y otros apenados porque una chica tan joven estuviera en la calle. 5 minutos mas tarde ya estaba harta de la lluvia y de las miradas de extraños, a los que empecé a poner mala cara.
Miraba con atención todos y cada uno de los coches que pasaban, y los que se paraban en el semáforo que tenía a unos pocos metros delante mía. Por desgracia, del coche de Zayn solo recordaba que era negro, así que mi tarea era algo complicada. Ya había anochecido completamente, y empezaba a tener un poco de miedo. El número de transeúntes se redujo notablemente, pero los pocos que pasaban eran a cual más siniestro.
Enterré mi cara en las piernas, con el fin de protegerme del frío y de las miradas de extraños repelentes.
Al poco tiempo, el suelo se iluminó. Levanté la cabeza enseguida, y me encontré con un coche negro con los cristales de la parte rasera tintados. ¡POR FIN! 
Me levanté como una bala y fui corriendo al coche, pero eso no impidió que no me mojara. Intenté abrir la puerta del copiloto, pero me encontré conque estaba cerrada. Miré confundida al interior del coche, para encontrarme a Zayn partiéndose el culo de risa.
-¡PERO QUE HACES! ¡QUE ME ESTOY EMPAPANDO!- grité mientras aporreaba el cristal de la ventanilla del copiloto. Zayn la bajó, lo suficiente para que pudiera oírle, pero sin que llegara a poder entrar lluvia.
-Pero Helenita, ¿no ves que está lloviendo? Me dejarías el coche empapado.
-¿Tu eres tonto? ¡Que me voy a resfriar aquí fuera!
Zayn pulsó un botón detrás del volante del coche. Se oyó un "clik" y abrió la puerta desde dentro. Me senté rápidamente, con la mirada fija en la carretera que teníamos delante, mientras gotas de agua chorreaban por mi pelo. Zayn se aguantaba (muy mal) la risa.
-¡¿TE PARECE GRACIOSO?! PORQUE YO NO LE VEO LA GRACIA. ME HAS DEJADO SOLA EN LA LLUVIA MUERTA DE FRIÓ. ¿Y SI ME LLEGAN A VIOLAR?- pregunté gesticulando con las manos, aterrada.
-Venga, no seas exagerada. Solo han sido 20 minutos...
Me quedé callada. ¿20 minutos? ¿Solo? Me había parecido una eternidad...
Sin que yo apenas me enterase, una lágrima se deslizó por mi mejilla. ¿Y ahora por qué coño lloras? Mira que eres tonta... Me la sequé todo lo rápido que pude, pero ya era tarde. Zayn me había visto.
-Eh, eh, lo siento... no pensaba que te iba a sentar mal, era una... broma. Lo siento.- dijo Zayn mientras se inclinaba a mi para secarme las lágrimas con un pañuelo de papel.
Negué con la cabeza, para darle a entender que no pasaba nada. Suspiré mientras echaba la cabeza para atrás y volví a ponerla recta.
-Llévame a casa de Alan, por favor.- dije sin mirarle.
Zayn frunció el ceño. Giró el cuerpo hacia los asientos de atrás, y de no se donde, sacó una manta azul con rayas negras. Se inclinó una vez más hacia mi. Pocos centímetros de distancia separaban nuestros rostros. Me colocó la manta sobre los hombros y posteriormente me los frotó con mucha delicadeza para que se me secaran los brazos y darme algo de calor. Cuando terminó con su acción, me miró a los ojos, con las manos aún apoyadas en mis brazos. Se acercó un poco mas. Apenas tres centímetros impedían que nuestras narices se rozaran, sin perder el contacto visual en ningún momento. Me perdí en sus ojos castaños, grandes y profundos, llenos de misterio. No podía apartar la mirada, pero tampoco quería. Lentamente, Zayn alzó la mano hacia mi mejilla. Mi mente me gritaba que me apartara, pero mi cuerpo no respondía. Como si de un acto reflejo se tratase, cerré los ojos. Inmediatamente sentí la cálida mano de Zayn en mi mejilla, y luego la otra, secándome las lágrimas con los pulgares. Volví a fijar mi mirada en sus ojos.
Inmediatamente, acabé de derrumbarme. Rompí a llorar con la cara en mis manos. Casi al instante, Zayn me rodeó con sus fuertes brazos en un cálido abrazo de consolación.
No se cuanto lloré, pero al parecer a Zayn no le importó que todas mis lágrimas fueran a parar a su chaqueta. De vez en cuando me frotaba la espalda, no se si para que no pasara mas frío o para consolarme.
En un momento dado, Zayn me agarró de los hombros y separó el abrazo.
-Tranquila, ¿vale?. Ahora mismo te llevo a casa de Alan. Siento mucho haberte dejado fuera.- sus ojos estaban fijos en los míos. Asentí ligeramente con la cabeza y volví a mirar a la carretera, a la espera de que Zayn arrancara rumbo a casa de Alan.
Le dije la dirección, recurriendo al mensaje de texto que Alan me había enviado con su dirección, en respuesta al que yo le había mandado contándole lo sucedido. No cruzamos una palabra en todo el camino, y lo agradecí bastante. Lo último que me apetecía ahora era hablar.
Al cabo de una media hora, Zayn paró el coche en frente de un bloque de apartamentos. Le di a Zayn un beso en la mejilla, le di las gracias por traerme y me bajé del coche. Caminé algo insegura hacia el portal. Una vez estuve ahí, llamé a uno de los numerosos timbres, pero nadie contestaba. Volví a llamar, y nada. Silencio al otro lado de la linea. Confusa, giré sobre mis talones, y me encaminé de nuevo hacia en coche de Zayn.
-No está en casa.- dije cuando me senté de nuevo en el asiento del copiloto.
-¿Quieres... quieres que lo esperemos?
-No.- contesté rotunda.- No me apetece verle.
-¿Volvemos a tu casa?
Solté un largo y pesado suspiro.- No me queda otra.
Pude notar el desconcierto de Zayn, aunque ni siquiera le estaba mirando. Segundos después, volvió a arrancar. No le presté atención a la carretera. Estaba cabreada. Cabreadísima. ¿Tu también, Alan? Lo iba a matar. PERO MATAR DE VERDAD. 
Cuando paramos de nuevo, me sorprendí al ver un garaje subterráneo, pero más me sorprendí cuando Zayn salió del coche, lo rodeó por la parte delantera para llegar hasta mi puerta, abrirla, y sacarme (prácticamente a rastras) del coche.
-¿Zayn...? ¿Donde estamos?
-En el garaje de mi apartamento.- contestó sin parar de andar, y con una pequeña (casi imperceptible) sonrisilla.
-Vale, ¿y que hacemos aquí?- inquirí cuando ya habíamos llegado al ascensor.
Zayn pulsó en botón de llamada del ascensor, y esperó con la mirada clavada en la puerta, y esa maldita sonrisa en su cara, haciendo como que no había oído mi pregunta.
El ascensor llegó y las puertas se abrieron. Al entrar, Zayn pulsó el botón con el número 5.
-Sophie me envió un mensaje cuando te estaba esperando en casa de Alan. Me lo explicó todo, y me pidió que te cuidara.- contestó, por fin mirándome a los ojos.
-¿Que Sophie...? ¿Y como sabia ella que yo... y Alan...?- dije, más para mí que para Zayn.
-Es más lista de lo que te piensas.- respondió divertido.- Y es una chica muy maja,- apartó la mirada de la puerta del ascensor para mirarme con una sonrisa torcida.- y guapa.
Al llegar a la planta 5, Zayn me agarró de la cintura y me llevó por el corto pasillo a la puerta del fondo. Sacó un manojo de llaves del bolsillo trasero y abrió la puerta. Encendió la luz, y me preparé mentalmente para hacerle frente a calcetines, calzoncillos, trozos de pizza y porquería en general repartida por el apartamento, pero me sorprendió encontrar un piso agradable, más bien pequeño, moderno, bien decorado, y, a pesar de mis sospechas, limpio.
-Bonita casa.- comenté mientras inspeccionaba el lugar.
-Un chico bonito tiene que tener una casa bonita.- respondió.
-¿Vives solo?- pregunté, haciendo caso omiso a su comentario.
El me respondió con un pequeño asentimiento al pasar por mi lado.
-Bueno, creo que vas a tener compañía por unos días.

(Narra Sophie)

Había hablado con Alice, comentándole todo lo que Hel me había dicho, y la decisión que había tomado.
-Seguro que para la cena la tenemos aquí de nuevo.- me había respondido antes de volver con su recientemente adquirido "amorcito."
La verdad es que a mí tampoco me entusiasmaba demasiado Peter. No me malinterpretéis, el chico era majete y tal, pero sabía lo que era capaz de hacer, y no quería que eso le pasara a Alice.
Era algo incómodo ver la tele con una pareja sobándose a tu lado, y más incómodo aún si esa pareja la formaban una de tus mejores amigas y el hermano de tu otra mejor amiga, así que decidí subir a mi habitación con la escusa de que me dolía un poco la cabeza.
Una vez dentro de esta, cogí mi movil de encima de la cama, y me no me sorprendió nada ver un mensaje de WA del camarero de batidos.
Harry: ¿No dices nada de la nota tan bonita que te he dejado? Vaya, por una vez que me esfuerzo en ser romántico.
Sophie: ¿Estás haciendo algo importante? Me apetece dar un paseo. 
Harry: WOW, no me esperaba esa respuesta.
Sophie: ¿Paseo...?
Harry: Voy a por ti ahora mismo, si quieres. 
Sophie: Aquí te espero ;)
Pero antes de empezar a prepararme, le mandé un mensaje a otro chico, moreno y con los ojos marrones, que sabía que estaría con la mejor amiga que no se sobaba con Peter en la planta de abajo. 

---------------------------------------------------------------------------------


NO ME MATÉIS. Os amo.

domingo, 10 de febrero de 2013

CAPÍTULO 13

Narra Helena.

Cerré la puerta de un portazo. Me dolía la garganta de tanto gritar, y no podía estar mas furiosa. Miré el interior de mi habitación con despecho y furia. Avancé 5 metros y le di una patada a un cojín que había en el suelo, con tanta fuerza que atravesó mi habitación y fue a parar a la única foto que tenía con mi hermano. El marco cayó al suelo con un fuerte estruendo y el cristal se rompió, pero no me importó. Me acerqué y lo recogí entre mis manos. En la foto salíamos Peter y yo en una playa con el agua cristalina, de arena blanca y un acantilado a nuestras espaldas. Yo tenía como unos 6 años en esa foto, por lo tanto Peter debería tener 8. Salíamos los dos en la orilla, cubiertos de barro y abrazados por el costado. Me acuerdo perfectamente de ese día.

FLASHBACK.

Era la primera vez que salía de España, y estaba aterrada por el hecho de tener que montar en ese enorme armatoste de 50000 toneladas al que llamaban avión durante 6 horas. ¡6 horas en ese cacharro!
¿Y si se para en medio del mar? ¿Y si se abre la puerta y el viento me arrastra por ella? ¿Y si el piloto se confunde de camino como papa y terminamos en una isla desierta con tigres hambrientos? 
En mitad de esos pensamientos, mi madre me agarró de la mano y tiró de mi hacia ese avión.
Me dejaron sentarme en la ventanilla, como si eso fuera a calmar mis nervios, aunque lo único que hacía era aumentarlos notablemente.
-Pasajeros, abróchense los cinturones. Despegaremos en breves momentos.- dijo la irritable voz de una chica de unos 23 años.
Me retorcí en mi asiento. Mis pequeñas manos estaban apretadas con fuerza a los reposa-brazos de los laterales de mi asiento. Cerré los ojos tanto como puede, repitiéndome una y otra vez en la cabeza "No pasa nada, no pasa nada, no pasa nada, no pasa nada..."
Sentí como una maño cálida se apoyaba sobre la mía, haciendo que esta se relajara casi al instante. Abrí los ojos de golpe, y comprobé que el que me estaba agarrando de la mano era mi hermano Peter. Me sonrió, como si el supiera que tenia miedo, y sus grandes ojos verdes me transmitieron mucha tranquilidad. Le devolví la sonrisa, aunque me pareció que la mía era insignificante en comparación con la suya. Me apretó mas fuerte cuando notó que nos movíamos.
-No pasa nada Hel. Ya verás, antes de que te des cuenta, estaremos en la playa tomándonos un helado y haciendo castillos de arena.- me dijo mi hermano mientras comprobaba que tenía el cinturón bien puesto.

*Seis horas después*

Me desperté al sentir a alguien zarandeándome por el hombro. Abrí los ojos todo lo rápido que pude, y comprobé que era mi padre.
-Helena venga, que ya hemos llegado.- dijo mientras me ponía los zapatos. Bostecé descaradamente, estirando todo lo que pude mis brazos y mis piernas entumecidas. ¿Ya habíamos llegado? ¿Y había dormido durante todo el camino? ¿Yo? Me parecía imposible.
Me di cuenta de que Peter dormía plácidamente sobre mi hombro. Miré a mi padre con una sonrisa pícara, y el me asintió con la misma. Me di la vuelta lentamente para no despertarlo, hasta que tuve un buen acceso a su oreja.
-¡¡¡¡DESPIERTAAAAAAAA!!!!- grité todo lo fuerte que pude sobre su oído.
Peter dio un bote sobre su asiento y miró hacia todos los lados con cara despistada. Sus ojos se posaron sobre mi, y yo enseguida me puse a correr tan rápido como mis pequeñas piernas me permitían.
-¡Te vas a enterar, enana!- oí que decía Peter a mis espaldas, por lo que solté una carcajada y aumenté el rimo de mi carrera. Miré hacia atrás y comprobé que mi hermano me seguía de cerca.
Si consigo llegar hasta mamá estaré a salvo. Pensé cuando me di cuenta de que la susodicha nos esperaba a unos pocos metros. En cuanto llegué a ella, me escondí detrás suya, y Peter no tuvo mas remedio que parar. El me sacó la lengua y yo le imité. Empezó a poner caras raras y a poner los ojos bizcos, y yo me reía a carcajadas. El se intentó acercar a mi, pero yo di una vuelta alrededor de mi madre, haciendo que quedáramos a la misma distancia de antes. Me volví a reír y Peter sonrió ampliamente.

*Un día después*

Íbamos camino de la playa. Mis padres iban delante de nosotros y yo iba cogida de la mano de Peter para, según mis padres, no perderme. Yo sabía que Peter no iba a hacer que no me perdiera, es mas, era más probable que nos perdiéramos si era el el que nos guiaba, pero no me importaba. Cuando estaba con Peter me sentía protegida.
Al llegar a la playa, mis padres extendieron las toallas y clavaron una sombrilla en la arena, que nos dijeron que nunca deberíamos perder de vista para no perdernos entre la multitud de la abarrotada playa. Mi madre me cubrió por sexta vez con una capa de crema de protección +50, y acto seguido me senté en la arena ha hacer castillos.
-¡Eh, Helenita! ¿Te vienes conmigo a el agua?- me preguntó Peter tendiéndome la mano.
Me puse de pie y me sacudí la arena de mis muslos.
-Mama y papa dicen que no vaya sin ellos.- dije mirando ligeramente hacia arriba para encontrarme con los ojos de mi hermano.
-Pero vas conmigo.
-¿Y si nos pasa algo?- dije poniendo los brazos en jarra.
-No pasa nada, ¡YO TE PROTEGERÉ!- dijo mientras hacía poses de superheroe.
Giré la cabeza hacia atrás para mirar a mis padres, y luego la volví de nuevo hacia mi hermano. Tomé su mano y nos alejamos andando tranquilamente por la arena hasta la orilla. Me paré en seco justo antes de que mis pies entraran en contacto con el agua salada del mar. Tenía miedo. Era la primera vez que veía tanta agua junta, y no paraba de pensar en las horribles criaturas que se escondían en ellas. Tal vez Úrsula, la bruja mala que engañó a La Sirenita, estaba ahí dentro esperando a que yo pusiera un pié para capturarme y llevarme a las profundidades del mar para transformarme en sirena, y que no pueda volver nunca mas a casa, a ver a Alice o Sophie, a mis padres, o incluso a Peter. Un escalofrío me recorrió el cuerpo de arriba a abajo haciendo que me estremeciera. Miré a mi hermano en busca de una mirada tranquilizadora. Peter me agarró de los hombros y se agachó un poco para quedar a mi altura.
-No quiero que Úrsula me transforme en sirena, Peter.- dije al borde del llanto.
-Úrsula no te va a transformar en sirena.- me dijo con los ojos fijos en los míos.
-¿Y como lo sabes?
-Porque a esta playa le han espolvoreado polvos mágicos para alejar a los monstruos.
-¿En serio?.- dije ya más tranquila y emocionada por las palabras de mi hermano.
-¡Claro! ¿Por que crees si no que la arena es tan blanca y fina? ¡Porque está echa de polvos mágicos!-dijo mi hermano a la vez que se agachó para coger un puñado de arena mágica.
-Entonces... ¿con esta arena Úrsula no puede venir a por mi?- le pregunté mientras cogía otro puñado, esta vez de arena mojada. Peter me asintió, y sin pensármelo dos veces, me senté en la arena mojada de la orilla y me empecé a cubrir de ella. A los pocos segundos Peter me acompañó en mi tarea de protegerme de los monstruos marinos. Al final, lo que empezó siendo un método de protección, acabó siendo una pelea de barro. Acabamos los dos de tierra hasta las cejas, pero no me importó. Así me sentía protegida, gracias a Peter.

FIN DEL FLASHBACK.

Un par de lágrimas traviesas atravesaron mi mejilla hasta acabar en los pedazos de cristal de la foto que sostenía entre mis manos. Me las limpié rápidamente, pero no me sirvió de nada, ya que después las sucedieron otras tantas. Abrí mis manos y la foto cayó al suelo de nuevo, y los pedazos de cristal quedaron esparcidos por el suelo. Me senté sin mucho cuidado cerca de en marco roto, y me clavé unos cuantos cristales en las piernas, manos y tenía una pequeña herida en el antebrazo. Eran cristales pequeños, así que no le di mucha importancia, solo los arranqué de mi piel y los volví a dejar en el suelo. No tenía muy claro porqué lloraba. Si por la nostalgia y recuerdos que me habían traído esa estúpida fotografía con mi hermano, por las múltiples heridas de mi cuerpo, o porque Alice me había decepcionado. Si, decepcionado.
Yo ya sabía desde hace mucho que le gustaba mi hermano, pero este no era para nada el novio que quería para una de mis mejores amigas. Alice podría aparentar ser una chica dura, a la que todo le resbala, pero para nada es así. Es como un pequeño animalito herido al que tienes que cuidar y darle todo tu amor. Y tenía muy claro que mi hermano no iba a hacerlo. Porque, con toda la sinceridad de mi corazón, era un cabronazo. Para que me entendáis, típico chico guapete que se hace el malote y al que todas las chicas le van detrás.  Se las tira a todas y no quiere volver a saber de ellas. Había vivido en mi propia piel lo que era ser una mas de una larguísima lista de tías, y no quería que le pasase lo mismo a Alice. Aunque pensaba que tenía algo más de sentido común, no hay que tener un Nobel para saber que mi hermano de una forma o de otra, acabará haciéndote daño.
El chico con el que saliese debería de ser cariñoso, atento, romántico, sincero, divertido, extrovertido y guapo. Eso era lo que Alice se merecía, al chico perfecto, pero en vez de eso, tenía a mi hermano. Bueno, tener....
Me sequé las lágrimas y me prometí que no derramaría ni una mas por este tema. Me levanté y me encerré en el baño. Me lavé la cara y me quité todo el maquillaje que se extendía por mis mejillas. Me hice una coleta alta y volví a salir. Abrí el armario y metí ropa al azar en una pequeña mochila. Salí de la habitación y bajé las escaleras. Al llegar al salón me encontré a Peter y Alice tirados en el sofá. Alice llevaba puesta la camiseta de mi hermano, y este la acercaba a el por el hombro, mientras veían la televisión. Me entraron los instintos asesinos y  bueno, muchas arcadas, pero me contuve. Sin que ellos se percataran de mi presencia, ande sin hacer ruido a la cocina, donde estaba Sophie. Ella si que me oyó, y se giró para comprobar quién había entrado en la cocina. Sonrió durante un momento al comprobar que había salido de mi habitación, pero su sonrisa en seguida desapareció al observar la mochila que llevaba colgada de uno de los lados de mi hombro.
-¿Donde vas?- me preguntó con la voz rota. No Sophie, por favor, no llores que iré detrás.
-Me voy unos cuantos días.- dije mirándola a los ojos, intentando tranquilizarla.
-No... no te vayas por esto Helena, por favor.- una lágrima resbaló por su mejilla. Era desgarrador ver llorar a Sophie. Era una personita pequeña y dulce, y verla llorar conmovía a cualquiera.
Me acerqué con lágrimas en los ojos, la rodeé con mis brazos y la apreté fuerte contra mi pecho.
-Lo siento So, pero no puedo quedarme a ver como mi hermano se pasea en pelotas por mi casa, sabiendo que viene de la habitación de Alice.- le froté la espalda con la mano.- Es asqueroso.
Sophie soltó una risilla, lo que me tranquilizó un poco. La aparté suavemente de mi y sequé sus lágrimas con mis pulgares.
-Por que lloras, tonta...- le dije cariñosa.
-Bff... no tengo ni idea. Una mezcla de todo. ¿Sabes? Ver a tus mejores amigas gritándose a pleno pulmón no es agradable. Y luego me dejas aquí sola.- dijo mientras se quitaba el maquillaje corrido con un pañuelo que yo te había dado.
-No te dejo sola.- dije mientras rodaba los ojos y inclinaba mi cabeza hacia donde se encontraban Peter y Alice dándose "mimitos"
-Vamos... como si me dejaras sola.- dijo riendo.
La volví a abrazar y le dije al oído.
-No te preocupes, volveré dentro de unos días, te lo prometo.- acto seguido le di un beso en la mejilla y salí de la cocina. Volví a entrar en el salón, y comprobé que Alice me estaba mirando por encima del hombro de Peter con cara larga. Le devolví la mirada y me despedí de ella con la mano y una mirada que decía "suerte". Esperé que la supiera interpretar. Salí de casa y bajé por las escaleras prácticamente corriendo. Ya había llamado a la tienda para decir que estaba enferma y que no podría ir a trabajar hoy, y le había mandado un mensaje a Alan con la misma escusa.
Ya eran las 18:30 y el cielo estaba negro debido a la tormenta que iba a caer en breves. Sabía perfectamente lo que tenía que hacer. Lo había estado planeando mientras hacía mi mini maleta. Me alejé un poco de mi bloque de apartamentos, hasta llegar a una fuente seca. Saqué mi móvil del bolsillo y busqué su número en la agenda. Pasé mi dedo lentamente, sin llegar a pulsarlo, por el botón de llamar. Al final me decidí. Me pegué el móvil a la oreja y esperé a que me contestara.
-¿Si?- dijo con voz ronca al otro lado del teléfono.
-Zayn, soy Helena. Necesito que me hagas un favor. Un favor muy gordo.

HOLAAAAAAAAAAASSS!! Caca de foca y de vaca de capítulo, lo sé. Sorry :( Aún así, espero que os guste. Bueno, nada mas. (Hoy os librais del parrafón) Besosss! OSKM.

miércoles, 30 de enero de 2013

CAPÍTULO 12 ^^

HOLA CORAZONESS! ¿Que tal estamos? ¿Bien? Pues me alegro :)
Este es el nuevo capítulo. Otra vez no se si os será largo o corto, porque si lo miro me parecerá corto y no lo subiré...
Este capítulo se lo dedico a @CacahueteDeUva (cuya novela teneis a la derecha) porque me ha estado TODOS lo días como una pesada para que subiera. UN APLAUSO PARA ELLA! *plas plas*
Bueno, ya os dejo leer. Lo de siempre, espero que os guste y bla bla bla....


Narra Alice.

Estaba aturdida por la sabrosa miel de sus labios. Carnosos, suaves, dulces e irresistibles labios... Ese beso me había llevado a las nubes. No os exagero si os digo que pude rozar las estrellas con la punta de los dedos. Me sentí la chica mas afortunada del mundo, por el simple echo de que me estaba besando. ¡MI ÚNICO Y VERDADERO AMOR ME ESTABA BESANDO! Su mano se volvió a posar en mi mejilla, he hizo que nos separásemos un poco para poder mirarnos a los ojos. Me costó asimilar la ausencia de sus labios en los míos, y durante unos segundos permanecí con los ojos cerrados y los labios entreabiertos. Temí que al volver a abrir los parpados Peter ya no estuviera a mi lado, pero no fue así.
Sus ojos (ahora casi azules) me miraban serios, y no pude averiguar los pensamientos que se le pasaban por la cabeza en esos instantes. Bajó la mano de mi mejilla y la apoyó en mi muslo derecho, mientras hacía pequeños círculos en este con la yema de los dedos. Un escalofrió me atravesó la columna y volví a posar mi mirada en la suya. Ninguno de los dos hablaba, y al parecer el no tenía la mas mínima intención de hacerlo. Mi ojos se posaron ahora sobre sus labios, y el se pasó la lengua por estos, humedeciéndolos, y acto seguido atrapó su labio inferior entre sus dientes.
-¿Que me dices?- dijo casi en un susurro.
Yo aún seguía cautivada por sus labios, así que me costó algo reaccionar.
-¿Que te digo, a-a que?- Dios, me seguía poniendo nerviosa.
-Creía que el beso lo había dejado claro...- rió con esa risa tan suya, de medio lado y casi imperceptible para la gente que no le presta atención.
Podrías darme otro, igual así me aclaro. 
No hablé, solamente esperé a que el lo hiciera.
-Con el beso quería preguntarte si yo también te gusto.
¿TU? ¿GUSTARME? JAJAJAJJAJAJAJAJAJA Que va, solo llevo 5 años enamorada de ti.
-Pe-peter yo...- balbuceé.- no se que decir...
-¿No te gusto?
-S-si, claro que me gustas...
-¿Entonces? ¿Cual es el problema?
EL PROBLEMA ES QUE LLEVAS PASANDO 5 AÑOS DE MI Y DE REPENTE VIENES A MI CASA, ME BESAS, Y ME DICES QUE TE GUSTO. Lo normal de un Jueves por la mañana, vamos...
-No lo se...- dije con la cabeza agachada.
Peter me agarró de la barbilla, y después de mirarme fijamente a los ojos con ese toque seductor que solo 1 de cada 1000000000000000 hombres pueden hacer, inclinó mi cabeza suavemente hacia un lado y se acercó lentamente hacia mi cuello. Sopló ligeramente antes de darme un dulce beso en este. Todos los pensamientos desaparecieron de mi mente tan rápido como un rayo y me dejé llevar por el.
Prosiguió con su  recorrido de besos por mi cuello, dejando pequeños mordiscos de vez en cuando. Suaves suspiros se escapaban de mi boca sin permiso alguno, lo que hacía que Peter aumentara la velocidad de sus labios. En un brote de valentía, le agarré del cuello de la camiseta, arrastrándolo hasta mis labios.
Mi confianza iba subiendo conforme Peter aumentaba sus caricias, hasta que al final tomé las riendas de la situación. Empujé a Peter poco a poco hacia atrás hasta que quedó completamente tumbado en el sofá, conmigo encima. Esta vez fui yo la que besó su cuello, pero no con la delicadez con la que lo había echo el anteriormente, si no con fiereza y deseo. En un movimiento rápido Peter nos dio la vuelta, quedando el encima mio, y en un visto y no visto, ante mi sorprendida mirada, se quitó la camiseta, dejando ver sus trabajados abdominales, fruto de horas en el gimnasio. Me quedé mirándole con los ojos abiertos de par en par, y lo volví a atraer hacia mi, mientras recorría con mi pequeña mano cada una de las marcas de su pecho. El me acarició la tripa por encima de mi camiseta y fue bajando hasta el borde de la misma, con intención de levantarla. Puse una de mis manos sobre la suya, impidiendo que lo hiciera.
Me miró con una expresión interrogante en el rostro.
-Mejor continuamos en mi habitación.- dije con mi mejor voz seductora y con los ojos fijos en su abdomen.
El me sonrió de lado en forma de afirmación. Me levantó del sofá si esfuerzo alguno y me apretó contra su pecho, mientras me sujetaba de los muslos para que no me cayera. Sin dejar de besarnos en ningún momento, se dirigió a mi dormitorio cerrando la puerta tras de si, dando comienzo a uno de los momentos mas maravillosos de mi vida.

Narra Helena.

Sophie y yo volvíamos a casa después le pedazo de paseo que nos habíamos pegado. Nada mas entrar, nos quitamos los zapatos y nos fuimos directas a la cocina a preparar algo para comer.
-¡AAAALIICEEE! YA ESTAMOS AQUI.- gritó Sophie a pleno pulmón.
Nadie contestó.
-¿Alice?- repitió. De nuevo, no obtuvimos respuesta.- ¿Donde está esta chica?- preguntó enarcando una ceja.
Me encogí de hombros.
-Supongo que se estará duchando.- dije despreocupada.
So empezó a hacer la comida, y mientras tanto yo me fui al sofá a ver la tele un rato. Como no había nada interesante que ver, saqué mi móvil del bolsillo y me entretuve en ponerle tweets a Sophie en plan: "@SophieRubio Mmm... que bien cocinas cariño ;)" "@SophieRubio ¡Ese culo bueno debería de estar prohibido!"
Y de vez en cuando adjuntando alguna foto de ella cocinando. Lo mejor era que ella no se enteraba de nada.
Le acababa de hacer una foto buenísima donde salía estirándose para coger una cacerola de la estantería de arriba, y como estaban todas mal colocadas, se le habían caído al suelo, y la pobre con una cara de susto increíble. La iba a twittear cuando me percaté de que había una camiseta en el suelo, al lado del sofá.
-Eh, So, ven aquí.- dije sin apartar la mirada de la camiseta, que ahora estaba entre mis manos.
-Dime.- dijo Sophie llegando al salón con un trapo entre las manos.
-¿Esta camiseta es tuya?- dije mientras se la mostraba.
Dejó el trapo en una mesita y cogió la camiseta. La desplegó y la miró curiosa.
-No, es de tío, no es mía.- dijo devolviéndomela.
La volví a coger, y me la acerqué para examinar su olor. Esa colonia...
-No me jodas...- dije para mis adentros.
Enfadada, me levanté del sofá y me dirigí a la cocina. Ahí, mis sospechas se confirmaron. Había una chaqueta de cuero negra encima de uno de los taburetes de la cocina.
-Ya se de quien es la camiseta.- le dije seria a Sophie, con el enfado reflejado en mis ojos.- Es de Peter.
No tenía ni idea de que coño hacía Peter en mi casa, no tiene derecho a venir cuando a el le venga en gana. Si lo llego a saber no le doy un juego de llaves.
Antes de que Sophie me pudiera contestar, me dí media vuelta y me encaminé en la búsqueda del hermano perdido.
-¡PEEEETEERR!- grité, como había echo anteriormente con Alice.
Subí las escaleras lo mas deprisa que pude, (lo que casi me cuesta una esguince) hasta llegar a la planta de arriba. En ese momento, Alice salió rápidamente de su habitación. Me dirigí hacia ella. Iba solo con su camiseta del pijama y unas bragas.
-Alice, ayúdame. Peter está en casa, pero no lo encuentro por ninguna part...- antes de que pudiera terminar la frase, una voz me interrumpió.
-Ali, ¿has visto mi camiseta? No la encuentro.- Y mi hermano, sin camiseta y solo con unos calzoncillos, salió de la habitación de mi mejor amiga, ante mis incrédulos ojos que no daban crédito a lo que veían.
No me lo podía creer...


CHACHANNNNNNNNNNN! Espero que os haya gustado :) Bueno, ya sabéis, comentarios por aquí abajo. Y si por alguna cosa no podéis comentar, os recuerdo que mi twitter es @MakeMeLive1D.... por si me queréis decir que os parce... y eso :3
UN BESOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO ^^
PD: Aquí abajito tenéis como unos botoncitos para que digáis que os a parecido. Es anónimo y no cuesta nada, es solo hacer clik, así que.... :3
PD2: Arriba del todo tenéis la encuesta de la novela entera. También es anónima y muy fácil de hacer, con solo un clik votáis :)

                                           

                                                                   PETER. 

domingo, 27 de enero de 2013

CAPÍTULO 11 ^^

HOLIIIII! Al final os vais a cansar de mi ¿eh? jerjerjer :3 Ala, aqui tenéis otro capi, y para lo que soy yo subiendo, lo he subido rapidito. :) Os dejo leer, espero que os guste y que me comentéis todas. (COMENTADMEPORFICOMENTADMEPORFICOMENTADMEPORFICOMENTADMEPORFI)

Narra Alice


-¿Que haces aquí?- pregunté embobada en los ojos de la persona que tenía en frente.

-¿Es que no puedo venir a ver como estáis?- me respondió con una sonrisa torcida.
Que cabrón, quiere que me muera.
-He-helena no es-está- fue lo primero que pude decir, ya que mi mente estaba bloqueada ante semejante monumento a la perfección mas absoluta.
-Bueno, no importa, no solo venía a ver a Helena.- me guiñó un ojo y entró en casa.
Vale, confirmado, me quiere ver muerta. 
Se sentó en el sofá, se quitó las zapatillas y encendió la tele. Yo estaba paralizada en la puerta, incapaz de articular ni un pensamiento ni una palabra coherente.
Al ver que no me movía de mi posición, soltó una leve risita y volvió a fijar su vista en la televisión.
-Por cierto, bonito pijama.- dijo sin girarse a mirarme.
Me miré de arriba a abajo, y el calor fue ascendiendo hasta mis mejillas.
Llevaba puesta una camiseta blanca caída por el hombro, en la que en el centro ponía "Love me" en amarillo pollo y unos pantalones grises de chándal, todo acompañado con un moño choni y desecho.
Venga Alice, no pasa nada, es solo un chico, saca tus armas, venga, ¡LAS ARMAS!
Levanté la cabeza y fijé mi mirada en el. Me acerqué y me senté a su lado. Aún estaba avergonzada. Podía controlarme ante cualquier chico, CUALQUIER, pero el problema, ese el que estaba sentado a mi lado , no era cualquier chico, ni de coña, era EL chico, el perfecto.
Por eso, os puedo asegurar que se me paró el corazón cuando me puso una mano en la rodilla y sus grandes ojos penetraron en los míos  Todas las defensas que tenía desaparecieron, y me vi obligada a apartar mis ojos de los suyos. Esos ojos verdes claros como la hierba, que con el sol se vuelven azules como el cielo y con la oscuridad profundos como el mar...
BUFF BUFF Y BUFF.
Llevaba puestos unos vaqueros negros gastados que dejaban ver gran parte de sus calzoncillos blancos, una camiseta apretada y una chaqueta, que ahora estaba en una de las sillas de la cocina.
No sabía como responder ante su gesto. ¿Le apartaba la mano? ¿Ponía la mía encima? ¿Le besaba salvajemenVale no, eso no. Pero estos pensamientos no me sirvieron para nada, porque antes de que hubiera asimilado su primera caricia, me rozó la mejilla con la mano, he hizo que nuestros ojos volvieran a entrar en contacto. Dios... sus ojos...
-Alice... no he venido a ver a Helena,- dijo en un susurro.- he venido a verte a ti.
Los ojos se me salieron de las cuencas, y el corazón me dio un vuelco. 
OH.DIOS.MIO. 
-Me gustas Alice,-me va a dar algo.- me gustas mucho,-QUE SI, QUE ME DA.- y quería que lo supieras porque ya no podía guardármelo mas.
Me quede muda, con la boca entre abierta, los ojos 3 veces mas grandes de lo normal y con el corazón dando botes.
Fue bajando la mano que reposaba en mi mejilla por los hombros y la espalda, para finalmente apoyarla en mi cadera. Como si de un acto reflejo se tratase, mis manos se enredaron en su cuello y mis dedos empezaron a jugar con los rizos del final de su pelo, ahora un poco mas largo. 
Me acerqué lentamente a el, temiendo que, si lo tocaba, ese bello espejismo desapareciera. Pero el fue mas rápido que yo y unió nuestro labios en un beso perfecto. Entreabrí mis labios para darle paso a su lengua.
Fue un beso... bufff... no encuentro las palabras indicadas para describirlo. Y es que estaba besando a mi amor platónico, al chico más guapo del mundo, el que estaba en mi mas alto pedestal. A mi Peter. 

Narra Helena


El paseo con Sophie estaba siendo la caña. Y es que esta chica, cuando la conocías, era la caña. Nos habíamos recorrido medio Londres a pié y estábamos muertísimas, así que paramos en la primera cafetería que vimos, "Milkshake city" Tenía buena pinta.

Entramos y nos sentamos en la primera mesa que vimos libre. Dejamos nuestras escasas bolsas (con las cuatro chorradas que habíamos comprado) encima de la mesa y esperamos a que alguien viniera a atendernos. Nos estábamos riendo por una chorrada que había echo Sophie con los palillos, cuando un chico alto, con el pelo de escarola y un delantal con el nombre de la tienda nos atendió.
-Pero bueno, mira a quien tenemos aquí, pero si son mis españolas favoritas.- dijo Harry con una amplia sonrisa.-¿Que hacéis aquí?
-Pues nada, que nos queríamos tomar un batido.- dije igual de sonriente.-¿A que vamos a venir Harold? 
-A hacerme una visita, por ejemplo.- sorrió satisfecho y nos preguntó que íbamos a tomar.
Harry apuntó nuestro pedido en una libreta y se fue, dejándonos de nuevo a Sophie y a mi solas. 

Narra Sophie.


Después de nuestro paseo, esta exhausta, así que decidimos entrar en una cafetería. Al sentarnos, un camarero nos vino a atender, pero no podía ser un camarero viejo, barbudo y con cara de orco, NOOOOOO QUEEE VAAAAAA, tenía que ser Harry. Hubiera matado para que viniera a atendernos otro camarero que no fuera el, pero ya era demasiado tarde, ya estaba en nuestra mesa.


*La noche anterior...*


No hice más que ponerme el pijama y lavarme los dientes antes de irme a la cama. Estaba cansadísima, y no había nada que me apeteciera mas, pero antes de poder caer en los dulces brazos de Morfeo, mi móvil decidió que aún no era hora de dormir. Era un WA de un número desconocido:
X: "Me lo he pasado genial con vosotras hoy, especialmente contigo, preciosa"
Oh dios, oh dios, oh dios. Que vergüenza... ¿De quien será el mensaje? Bueno, de uno de los chicos seguro...
So: "Lo siento mucho, pero no se quien eres."
X: "Oh, eso me ofende ;)"
So: Hahaha :) En serio, ¿quien eres?
X: Te doy una pista... Ojos verdes...
So: ¿Louis?
X: ¡No!Pelo rizado...
So: Ah! Hola Harry :)
Harry: Mmm... chica lista ;)
Y así, sin darnos cuenta, estuvimos hablando hasta las 3 de la mañana. En nuestra conversación, Harry no paraba de soltarme piropos así como así, como por ejemplo: "No me voy a poder quitar de la cabeza tu preciosa sonrisa" "Nunca había conocido a una chica tan simpática como tu" o "Me encantaría volver a verte" y yo claro, muriendo de vergüenza. También pude comprobar que Harry no tenía el más mínimo ápice de vergüenza al hablar de... cosas... intimas. Me entendéis, ¿no? Y como os puedo asegurar, yo no puedo evitar hablar de eso sin que mis mejillas se vuelvan del color de los tomates mas gordos de verano.

*Al día siguiente, en Milkshake city*

No podía mirar a los ojos a Harry sin sonrrojarme, pero eso a el le dio igual. Antes de irse en busca de nuestro batidos me guiñó un ojo. A los pocos minutos volvió con dos vasos enormes y cargados hasta arriba que tenían una pinta deliciosa.
-Invita la casa.- dijo antes de irse, guiñándome un ojo de nuevo.
Al parecer, Helena ni se había dado cuenta.
Bueno, mejor, cuantos menos interrogatorios me hagan...
Cuando se llevaron la bandeja con los batidos ya vacíos, me fijé en que había una nota en el fondo. La cogí con sumo cuidado de que Helena no se diera cuenta, y la abrí escondiéndola.
"Hoy estás especialmente preciosa. Eso debe ser natural en ti. No puedo esperar a que nos veamos de nuevo.
PD: Esos pantalones cortos te quedan de muerte ;)"



HOLA PELOCHOCHOSSSSSSSSSS!! Jajajajaocno. Bueno, que, ¿os ha gustado? ¿No? ¡COMENTADME! No se si será largo o corto. No lo voy a mirar porque me parecerá corto y acabaré por no subirlo.
¿Que os ha parecido la parte de Alice? ¿Y la de Sophie? Es que las tenía abandonadas a las pobres.. jerjer
Bueno, hasta el próximo capi :)
OS LOVEOOOOOOOOOOOOOOOOO ;)
                                        (Me había olvidado de la foto. Sorry)

domingo, 20 de enero de 2013

CAPÍTULO 10 ^^

HOLAAAAAA!. ¿Os acordáis de mi? Espero que si :) Bueno, que deciros, que lo siento mucho, de verdad.  Pero bueno, aquí tenéis otro capi mas ;) Espero que os guste y que me comentéis, porque me ha costado escribirlo media vida.
Besisssssssssssssss ^^

Narra Sophie 


Me iba a morir. Bueno, mas bien, quería morirme, pero por mucho que lo deseara, no siempre llueve a gusto de todos, así que, por suerte o por desgracia, la tierra no se abrió en un gran, oscuro y tenebroso agujero justo debajo de mis pies y me tragó para no volver a salir a la superficie. 

Os voy a explicar el motivo de mis extraños y mortuorios pensamientos:
 Habíamos quedado con el amigo de Helena, el famoso Zayn, más conocido como "moreno", y este había invitado a sus amigos. Los 4 eran guapísimos, simpatiquísimos, estaban
buenísimos y muchos más "-ísimos" que no voy a nombrar por falta de tiempo y espacio. 
Hasta aquí todo perfecto: Helena con su reciente "amigo" el moreno, Alice pasándoselo genial con los, llamemos "guapetes" para ahorrar tiempo, y estos a su vez, babeando y buscando algo de atención por parte de Alice. 
Y algunos os preguntareis (o no) "pero, Sophie, ¿y que estabas haciendo tu?" pues, queridos amigos/as, esa es la pregunta que me estaba haciendo yo. 
Yo siempre había sido una chica tímida, sumisa, un poco desconfiada y bastante vergonzosa con la gente que no conocía, y por eso estaba en esa situación, entrometida por el medio, sin cruzar una palabra con ninguno de los chicos (que dudaba que se acordaran siquiera de mi nombre) y deseando con todas mis fuerzas desaparecer de ahí. 
Pero, mi queridísima amiga Alice, siempre estaba ahí haciendo todo lo posible para que mi vergüenza se multiplicara por 324986 y que mi deseo de desaparecer bajo la tierra se convirtiera en un ruego desesperado. 
Me agarró del brazo, pegándome a ella, en un intento de que me integrara en la conversación. 
Y funcionó, y debo decir que en esos escasos segundos que la atención de los chicos se centró en mi, no lo pasé tan mal como creía.
No se muy bien como, pero mi vergüenza se fue. Estos chicos tenían algo que te hacía confiar en ellos muy fácilmente, y eso me gustaba. 
Después de un rato hablando de cosas sin sentido y andando sin rumbo, los pies me empezaron a arder, como si 1000 agujas diminutas al rojo vivo se me clavaran justo en la planta de este, haciendo que cada vez que lo apoyaba, me estremeciera de dolor.
-Chicos, me duelen un poco los pies, ¿nos podemos sentar un rato?- pregunté algo avergonzada y con la mirada fija en el suelo. 
Todos rieron por mi comentario, pero no se opusieron a mi propuesta. 
Llegamos a un puesto de cafés ambulante, y nos compramos uno cada uno y un bollo para Niall. Nos sentamos en el primer banco que vimos libre, pero como no era lo suficientemente grande, unos cuantos se tuvieron que sentar en el suelo.
Por desgracia para mi vergüenza, me tocó en el banco, justo en medio de Harry y Liam.
Debía de tener la cara como un tomate, porque Alice y Helena no paraban de mirarme y reírse de la situación en la que me encontraba.  
Al final, la tarde fue estupenda. Bueno, sin contar en pequeño incidente de Helena con en café. 
 Llegamos a casa todas agotadas, y nos fuimos a la cama enseguida.

Narra Helena.


Al llegar a casa, no podía estar mas contenta. Había pasado una tarde genial, me lo había pasado como nunca y, para rematar, había conocido a 4 chicos estupendos. Con esa rebosante alegría me fui a dormir, aunque, mas bien, me fui a intentar dormir, porque no paraba de darle vueltas a EL mismo. Si, no podía parar de pensar en Zayn. Si os soy completamente sincera, me hubiera gustado que me mandara algún mensaje, una llamada, un WA... pero nada. Y es que después después de nuestro "rocecillo tonto", creo que no me miró ni para despedirse. 

¿Se habrá enfadado?  No, no podía ser, era el el que había empezado, yo solo lo había concluido. 
"Quiero montarme en tu velero, ponerte yo el sombreo, y hacernos eso, AY AY AY AY"
Di semejante bote en la cama que me caí de cara al suelo. 
Si, tenia la canción del velero como tono de llamada... PERO ERA MUY EFECTIVA, QUE CONSTE. 
Fui corriendo a coger el móvil, pero ya había parado de sonar. Era una llamada perdida de Alan... 
-¡OSTIAS, ALAN!- grité, sin darme cuenta de que lo había dicho en voz alta. 
Y no era esa la única llamada de Alan que tenía. A esa le acompañaban otras 4, y unos cuantos mensajes de texto.
Mensaje 1: "Hola Helena. Te he llamado, pero no me lo cogías...Solo era para decirte si te apetecía quedar hoy. Contéstame con lo que sea.  
Alan xx"
Mensaje 2: "Hel, ¿por qué no me contestas? Si no te apetece quedar conmigo, me lo dices, pero no me ignores.
Alan xx"
Mensaje 3: "¿Te has enfadado conmigo? ¿Es eso? Contéstame que me estoy volviendo loco... Contéstame, por favor.
Alan xx"
MIERDA, MIERDA Y MIERDA. ¿Cómo me podía haber olvidado de Alan durante toda la tarde? ¿Y como es que no me habían llegado antes los mensajes? ¿Es que el Londres no hay cobertura o que? 
Me apresuré a contestarle lo antes posible:
"Alan, lo siento muchísimo  no te he contestado por que se me ha debido poner el móvil en silencio o algo así. Lo siento, de verdad.
Helena xx"
A los pocos segundos ya me había contestado:
"Joder, es que hasta me has asustado. Bueno, no pasa nada, pero procura tener el móvil con sonido a partir de ahora ¿de acuerdo? 
¿Que te parece si quedamos mañana? ¿Después del trabajo?
Alan xx"
Lo malo, es que en ese mismo instante en el que terminé de leer el mensaje, mi móvil volvió a sonar:
"Hola, Helenita. Tengo algo pendiente contigo, así que mañana por la tarde quedamos sin falta. ¿Que te parece si voy a por ti a la tienda?
Zayn xx"
Venga, lo que me faltaba ahora... Y este subnormal, ¿por que me manda un mensaje? ¿Pero no habíamos quedado que se había enfadado?

(Narra Alice)


¿Quien ha conseguido el número de 5 pibonazos? YOOOOOOOOOOOO. LaH AliCce y LoH GoOZasH KoH.

Bueno, si, tonterías a parte, había conseguido sus números de teléfono. Y estaba deseando volver a quedar con ellos. Pero de momento, lo que más deseaba era echarme a dormir (porque eran la 1:27 según el reloj de mi mesilla)

*A la mañana siguiente*   


Bajé a la cocina a desayunar con las chicas, pero al parecer ellas ya tenían planes mejores que quedarse conmigo vagueando en el sofá viendo "Los Simpson"

-¿Donde vais?- pregunté al verlas arregladas.
-Vamos a dar una vuelta por el centro- respondió Helena.- Te he preguntado hace si querías venirte, pero me has gruñido y te has tapado la cabeza con las sábanas, así que me lo he tomado como un no.
-¿Te vienes o te quedas?- me preguntó Sophie.
Moví la cabeza en forma de respuesta, dándoles a entender que se fueran sin mi.
-Bueno, pues volveremos para comer.- dijo Sophie de nuevo.
Y me quedé sola.
Directamente, fui a prepararme un vaso de leche caliente y unas tostadas con mermelada, y cuando estuvo todo listo, lo puse en una bandeja y me senté en el sofá. 
Una vez hube terminado, dejé la bandeja en la encimera y subí a mi habitación a cambiarme. 
Y en ese mismo instante que abrí la puerta del baño, llamaron al timbre.
Me cago en...
-YA VOOOOOOOOOY.- Grité con fuerza desde el piso de arriba.
Volvieron a llamar una segunda vez.
-¡QUE HE DICHO QUE YA VOY! Joder...
Bajé los dos últimos escalones de un salto y me dirigí hacia la puerta.
-¿Que haces aquí?- dije embobada en los preciosos ojos de la persona que tenia enfrente.


CHAN CHAN CHAAAAAAAAANNNNNNN! Jerjerjerjer. No se si os habré dejado con la intriga o no, pero bueno.... ¿Os ha gustado? ¿No? ¿Es una caca de capítulo? Si, eso ya lo se. 

Y copiándome un pocito de @SSaronna9 .....
¿Quién habrá sido el que ha llamado a la puerta? ¿A que cita acudirá Helena? ¿Porqué no le dirigió la palabra Zayn después de si CASI beso? ¿Que pasará con Sophie? ¿Como estará el bollo que se ha comido Niall? JAJAJAJAoc, ya me callo.
PD: COMENTADMEEEEEEEEEEEEEE.
PD2: Para que me améis os pongo una foto :3