Narra Helena.
Zayn me había conducido hasta una
pequeña habitación, con una cama de matrimonio en el centro, un
armario ropero en una de las paredes, un escritorio, y un balcón que
daba a la calle.
-No estaré mucho. No quiero
molestarte.- le había dicho cuando entré en la habitación.- Mañana
me tienes fuera.
-No te preocupes,- me había
respondido.- no molestas.- Y tras una sonrisa estilo Zayn, se había
marchado, cerrando la puerta tras de si.
De mi pequeña mochila saqué el
conjunto que pensaba ponerme al día siguiente y mi bolsa de aseo,
con el cepillo de dientes, el del pelo y poco más.
Salí de la habitación, dispuesta a
cotillear un poco el pequeño apartamento, que básicamente consistía
en: saloncito, cocina, cuarto de baño y una habitación cerrada (que
supuse que sería la de Zayn). Cuando acabé mi reconocimiento de
apartamento, me paré a mirar unos cuadros sencillos que adornaban el
estrecho pasillo de las habitaciones y el baño, y de la nada, una
voz sonó a mi espalda, alarmantemente cerca de mi oído.
-¿Invadiendo un poco mi intimidad,
cariño?- era Zayn.
Una exclamación ahogada se escapó de
mi boca.
-Idiota, me has asustado.
Zayn se había acercado sigilosamente,
y sin camiseta, de forma que no lo había escuchado a mi
espalda, y me había susurrado al oído, como hizo cuando nos
conocimos.
Aún cerca de mi oído, con los labios
prácticamente pegados a este, con sus manos apoyadas en mis caderas
impidiendo que me moviera y con su pecho unido a mi espalda, soltó
una suave risita que hizo que me estremeciera.
-Es divertido asustarte. Algún día de
estos te grabaré para que veas tu cara y nos podamos reír los dos.
-Algún día de estos me dará un
ataque por culpa de tus bromitas y no te parecerá tan divertido.
Mi voz no sonó tan firme y segura como
me hubiera gustado, si no que hablé casi en un susurro y con la voz
temblorosa.
Mi comentario solo provocó otra risita
suave, que parecía provenir de su garganta en vez de de sus labios.
Helena, sabes lo que Zayn está
intentado hacer. Contraataca. Tu puedes.
Con cierta inseguridad, posé mis
manos sobre las suyas. Eras grandes y suaves, con los dedos largos y
finos, terminados en unas uñas perfectamente cortadas en arco.
Comparadas, las mías aparentaban ser 5 veces más pequeñas de lo
que en realidad eran.
Acaricié el dorso de sus manos con las
yemas de mis dedos, bajo la atenta mirada de Zayn, que poco a poco
fue dejando mi oído para centrarse en mi cuello, rozándolo de vez
en cuando con sus labios. Con cierta delicadeza, fui guiando sus
manos con las mías fuera de mis caderas, para dejarlas a ambos lados
de su costado. Con un movimiento rápido, me giré para quedar cara a
cara con el, y encontrarme con su sonrisa ladeada y sus perfectos
ojos rodeados por espesas pestañas negras mirándome atentamente.
Dejé sus manos libres, y conducí las mías hasta la parte alta de
su pecho, donde estaban posados mis ojos. Sin mucha prisa, elevé mis
ojos hasta que conectaron con los suyos.
-No me apetece nada aguantar tus
jueguecitos, Malik.
Y disfrutando de la cara que se le
había quedado a Zayn al escuchar mi respuesta y de mi victoria, me
giré y empecé a caminar a la cocina moviendo las caderas todo lo
que podía.
Toma esa Malik. ¿Quieres jugar?
Bien, jugaremos, pero a mi manera.
Narra Zayn
Después de dejar a Helena en su
habitación temporal, entré en la mía. Cogí el pijama y me dirigí
a la ducha. Al salir, vi a Hel mirando sin mucho interés los cuadros
de la pared. Me acerqué sigilosamente para que no me viera y le
susurré con los labios pegados a su oído:
-¿Invadiendo un poco mi intimidad,
cariño?
Toda ella se tensó. Tuve que reprimir
una carcajada, que se quedó en risa. Apoyé mis manos en sus caderas
y pegué más mi cuerpo al suyo.
-Idiota, me has asustado.
Me acerqué más a ella con intención
de ponerla nerviosa.
No sabía muy bien el motivo, pero
quería conseguir poner nerviosa a Helena, como había hecho en el
parque. Quería que se quedara paralizada, inmóvil, y que fuera yo
el causante. No os puedo explicar el motivo, porque ni yo mismo lo
sé.
Tu empezaste este juego, Helena.
Iba solo vestido con unos pantalones
largos grises que hacían de pijama, y Helena lo había notado.
Sentía los músculos de su espalda tensándose cada vez que mi pecho
desnudo rozaba la tela de su camiseta. Con un ligero movimiento, me
pegué a ella. Su cuerpo cubierto por la fina tela de su camiseta de
manga corta estaba en total contacto con el mío parcialmente
desnudo. Dejó de respirar.
Por el momento, la tenía donde quería. Inmóvil en mis brazos, sin
saber que hacer o qué decir.
-Es divertido asustarte. Algún día de
estos te grabaré para que veas tu cara y nos podamos reír los dos.-
mis manos se movieron sutilmente por sus caderas, recorriéndolas.
Ya eres mía, Helenita.
-Algún día de estos me dará un
ataque por culpa de tus bromitas y no te parecerá tan divertido.
Ya te tengo.
Pero no. Después de un breve espacio
de tiempo, soltó la bocanada de aire que había estado reteniendo y
agarró mis manos con las suyas, para separarlas de sus caderas con
firmeza. Cuando mis manos estuvieron quietas, Hel se giró, haciendo
que su pelo cosquilleara en mi pecho. Sus grandes ojos azules me
miraron serios, para luego mirar a mi pecho. Sus pequeñas manos
ascendieron desde sus costados, pasando por mi abdomen hasta
detenerse en la parte alta de mi pecho. Un escalofrío me recorrió
la columna, y me vi obligado a cerrar los ojos. Mi respiración era
irregular, y el rápido sube y baja de mi pecho me delataba. Intenté
volver a tomar las riendas de la situación, pero parecía una tarea
demasiado difícil de realizar en esos momentos. Tampoco ayudaba
mucho que Helena se dedicara a hacer pequeños círculos en mi pecho,
enviando pequeños escalofríos por mi espalda. Mi respiración se
agitaba más y más, y mi pulso ya iba a mil cuando Hel habló, con
la voz pausada, clara y tranquila, y sin el menor signo de que hace
pocos segundos estuviera deshaciéndose en mis brazos.
-No me apetece nada aguantar tus
jueguecitos, Malik.
Y se marchó, con su contoneo de
caderas que volvería loco a cualquiera, en dirección a la cocina,
dejándome solo, confundido, nervioso, agitado y derrotado.
Helena: 2 Zayn: 1
Narra Sophie.
Harry me había dicho que le esperara
abajo, así que eso hice. Me despedí de Peter y Alice y bajé las
escaleras hasta el portal en un suspiro.
Al poco tiempo de estar esperando,
Harry apareció ante mis narices en todo-terreno.
-¿Necesita que la lleve a algún lado,
señorita?.- me dijo Harry, con la cabeza sacada por la
ventanilla.
Iba imposiblemente guapo. Con una
camiseta de manga corta blanca sencilla, pero que a el le quedaba
espectacular, unos pantalones pitillo negros y gafas de sol encima de
esos preciosos ojos verdes.
Está tremendo.
Con una sonrisa me acerqué a la
ventanilla del piloto.
-La verdad es que estaba esperando a
que vinieran a recogerme. Un chico. Alto, ojos verdes, pelo rizado...
bastante feo si te soy sincera.
Era increíble la confianza que
transmitía este chico. Yo, la chica más tímida de este mundo y
posiblemente del universo, me sentía cómoda al lado de el, aunque
le acababa de conocer. Bueno, la mayoría de las veces me sentía a
gusto. En un día no se evapora lo que lleva años formándose.
Hizo como si estuviera ofendido. Se
quitó las gafas y me miró directamente, serio e intimidatorio.
-¿A que me doy la vuelta?.
-Bah, tu sabes que estaba de broma,-
dije, para luego inclinarme y posar un beso sobre la mejilla de
Harry.- eres de estatura media, y tu pelo no es del todo rizado.
Ondulado, diría yo.
Emitió una especie de grito, así como
de indignación, puso una mueca, y finalmente, sonrió.
-¿Ondulado? ¿ESTO te parece
ondulado?.- se pasó las manos por el pelo de forma algo teatral,
como si se lo estuviera lavando, y cuando las apartó sus rizos
cayeron desordenados por su frente. Inclinando la cabeza hacia
adelante y sacudiéndolos con la mano, los volvió a colocar en su
sitio.
Repite eso. Repitelo. Repitelo.
Repitelo. Repitelo.
No me di cuenta de que me había pasado
un buen rato mirando embobada a Harry hasta que este habló.
-Anda, sube al coche. Y cierra la boca,
no queremos que te entren moscas.- dijo, claramente disfrutando de la
situación.
Mi cara enrojeció, y con la cabeza
escondida en mi cuello rodeé el coche y me deslicé dentro del
asiento del copiloto.
Harry puso el coche en marcha.
-¿A donde quieres ir?- me preguntó
sin despegar la mirada de la carretera, con las gafas colgando del
escote de su camiseta y aún con la voz divertida. Estaba lloviendo.
-No sé. Donde tu quieras.- respondí
tímida.
Harry me dedicó una sonrisa ladeada y
volvió a centrarse en conducir.
Después de un rato de coche, Harry
aparcó en frente de unos edificios altos y modernos.
-¿Qué es esto?.- pregunté
confundida.
-Mi casa.- dijo el mientras salía del
coche.
Rodeó el coche por delante y abrió mi
puerta, para luego tenderme la mano para ayudarme a salir.
-Harry, soy bajita, pero puedo saltar 5
centímetros sin hacerme daño.
El aludido levantó las manos de forma
defensiva y dio un paso atrás.
-Está claro que contigo uno no puede
ser educado ni caballeroso.
Con los dos pies ya fuera del
todo-terreno negro de Harry, dirigí la mirada hacia el. Abrí la
boca, pero al instante la volví a cerrar, insegura de mi respuesta.
-¿Entramos?.- pregunté
apresuradamente, temiéndome que Harry me tomara por una idiota
nerviosa.
Una nueva sonrisa burlona tiró de sus
labios.
¡ESTÁ DISFRUTANDO DE ESTO! ¡DE MI
VERGÜENZA!
-Claro, ven.- me agarró de la mano y
me llevó dentro del edificio.
Narra Alice.
Tengo que llamar a la RAE para que
añadan en el vocablo español la palabra quE DESCRIBA COMO DE FELIZ
ME SIENTO EN ESTOS MOMENTOS.
Mi nuevo y perfecto novio acababa de
salir por la puerta, y mi alegría había estallado como un petardo
chino. Saltaba por los sofás, corría por el pasillo, tocaba la
batería con las ollas de la cocina, me subía a las mesas a dar
conciertos a las sillas, floreros y acompañantes con una cuchara
sopera como micrófono, me rebozaba en la cama de mi habitación, le
gritaba a mi reflejo en el espejo del baño e incluso quise meterme
en la lavadora a dar vueltas con los calcetines.
Tantos años de lucha por fin habían
dado resultado. Era mío. Mío. Mío. Mío.
“Oh, que bien suena. Mío. Mío.
Mío. Mío. Mío. Mmmmm, me encanta.”
Ni siquiera la huida de Helena podía
alterar mi humor. Si ella no puede (ni quiere) ver lo feliz que me
hace Peter, es su problema, no el mío. Si, era mi amiga y todo eso,
pero tener a Peter como novio, era tener a Peter como novio. Para que
os hagáis una idea, es como si vuestros ídolos salieran de los
posters y os morrearan en el salón. OS IBA A DAR IGUAL SI VUESTRA
AMIGA SE ENFURRUÑABA. Además, ¿acaso decido yo de quien me
enamoro? No, ¿verdad? Pues ya está. No me iba a disculpar por eso.
Helena, siento mucho que mi amor
incondicional hacia tu hermano haya interferido en tus planes para
ignorarle el resto de tu vida.
Pero en ese momento, sola en el
apartamento, lo veía todo con más claridad, y hasta podía
comprender a Helena un poquito. Solo un poco. Pero su reacción había
sido terriblemente desmesurada.
¿Te enfadas y te vas? Venga ya,
Hel.
Un relámpago, seguido de un trueno
ensordecedor, sacudió el cielo de Londres. Se me pasó por la cabeza
llamar a Helena, solo para comprobar que estaba bien, que no estaba
en la calle con la que estaba cayendo, pero si Sophie había dicho
que estaba bien acompañada, no tendría por qué preocuparme.
Seguramente estaba de party with Alan.
No podía comprender su relación con
Peter, más que nada porque nunca nos había contado ni a Sophie ni a
mi el motivo por el que se dejaron de hablar hace años. Por lo que
yo sabía, habían estado muy unidos. Peter la invitaba a salir con
el y sus amigos, e incluso el se quedaba alguna que otra noche viendo
películas con nosotras hasta las tantas de la madrugada.
Pero un día de repente, PLUF. “Te
odio, Peter”.
Igual algún día me atrevía a
preguntarle lo sucedido a alguno de los dos, pero por el momento, me
decidí por averiguar como Ted Mosby conoció a la madre de sus
hijos, en otras palabras, me iba a tumbar en el sofá a ver Cómo
conocí a vuestra madre.
No pensaba preocuparme. Porque Helena
iba a volver pronto, seguro.
Volverá... lo sé. Pronto.”Dos cositas:
1.- Siento no haber subido el domingo pasado. He estado de vacaciones.
2.-Intentaré subir el Cap 16 algún día de la semana. También subiré el domingo.
Espero que os guste este capítulo. Comentadme porfis. Un beso muy gordo.
Uuuuuuuuuuuuh momentazo Hayn kjhfsavdbhjgfsvdhg<afhgvgrhvfgyhtsyhrvahjgtwerfrjehbgtyeshrght *-*
ResponderEliminarY luego Harry con Sohpie, me encantan los dos *-*
¡SIGUIENTE!
qkuyadihwgefakjwethkwthe Grasias :)))
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