Lectores :)

jueves, 26 de julio de 2012

CAPÍTULO 4 ^^

Alice y Sophie me despertaron, ya eran las 8 y tenía que ir a negociar mis condiciones de trabajo a la tienda. Bajé a la cocina, cogí un bol de la estantería y me preparé unos cereales. Cuando me los terminé dejé el bol sobre el lavadero. Reparé en una cartulina que había en la nevera. Era un calendario a tres colores, Alice: Azul, Sophie: Rojo, y yo amarillo. Dirigí la mirada hacia el martes y hacia los cuadrados amarillos. Tenía que poner la mesa, limpiar el baño, y hacer la comida y la cena. “Seguro que esto lo ha hecho Sophie” pensé. Subí las escaleras y me metí en mi cuarto. Mientras elegía la ropa que me iba a poner, iba metiendo la otra en el armario. Al final, decidí ponerme esto Clikc aqui y me dejé el pelo suelto. Tenía cara de muerta, estaba cansadísima, así que me pinté los ojos intentando disimulas mis ojeras. Cogí mi bolso y salí hacia la tienda, que no quedaba lejos, a unos 10 minutos a pié. La tienda era de música, se vendían guitarras, trompetas, y todo tipo de instrumentos, a demás de materiales para conservarlos y todo eso. El jefe me había explicado que mi trabajo sería de dependienta, porque, aunque la tienda me pertenecía, no sabía como llevarla y el me había ofrecido su ayuda. Aun así, podía tomar decisiones como encargo de material, cambio de turnos, aumentos de sueldo... podía hacer prácticamente de todo, menos despedir a los demás empleados. La tienda estaba situada en una gran calle. Se llamaba “La Partitura“. Al entrar, el jefe, Brad, me enseñó la tienda y me dio mi horario de trabajo. Trabajaba por la tarde, a las 15:30 y terminaba a las 18:00 hasta que empezaran las clases de la universidad, que entonces empezaría a las 17:00 y acabaría a las 20:00, excepto los fin de semana, que no trabajaba.
-¿Cuando empiezo?- le pregunté a Brad.
-Pasado mañana. Te he dado un poco mas de tiempo para que no te agobies con la mudanza, pero el jueves te quiero aquí a las 15:30, ni un minuto mas tarde, ¿entendido?- asentí con la cabeza.
Después de esto, me presentó a los empleados. Como la tienda no era muy grande, solo había tres empleados. La primera era una chica de unos 30 años, que trabajaba toda la mañana en la tienda, el segundo un universitario de unos 19 años que trabajaba a media jornada como yo. Y el tercero... ¿donde estaba el tercero?
-¿Donde esta el empleado que falta?- le pregunté a el chico universitario.
-Siempre llega tarde. Hoy tenía que venir para conocerte, pero seguramente se le habrá olvidado. Ya lo conocerás mañana, trabaja en tu mismo turno. Soy Alan por cierto.- me dijo tendiéndome la mano. Yo se la sacudí.
-Helena, encantada.
-Bonito nombre, casi tanto como tu.- dijo con una media sonrisa. Se la devolví.
Alan era guapo. Era rubio, con los ojos verdes, tenía una sonrisa preciosa, y era alto. Tenía un buen cuerpo, o eso es lo que se insinuaba por su camiseta apretada. Estuvimos hablando un buen rato. Me hacía las preguntas típicas que se hace cuando conoce a alguien.
-¿Y tienes novio?- soltó de repente. No me esperaba para nada esa pregunta.
-No, no tengo novio, ¿porque?
-Por curiosidad...- no me miraba a la cara, se miraba las manos.- Yo tampoco tengo novia.
-Pues no entiendo porqué, eres un chico encantador.- dije mientras buscaba un chicle en el bolso. Al encontrarlo me lo metí a la boca y miré a Alan, que me miraba sonriente.
-¿Quieres uno?- le dije tendiéndole el paquete. Cogió uno y se lo metió a la boca.
El tiempo se me pasó volando. Ya eran las 13:30 y tenía que hacer la comida. Me despedí de Alan con dos besos en la mejilla, después de decirle “nos vemos el jueves” y de intercambiarnos los teléfonos.
Al llegar a casa Alice y Sophie estaban esperándome en el sofá.
-Perdón, perdón, perdón, perdón...-repetía una y otra vez- se me ha echo tarde en la tienda.
-¿Es que no has visto el horario de tareas? Te toca cocinar a ti.- me gruñó Sophie.
-Si, lo he visto esta mañana, pero ya os digo, se me ha echo tardiiisimo.
-Venga, ponte a hacer la comida que estamos muertas de hambre...- añadió Alice
Fui a la cocina y preparé una ensalada grande y unos filetes de ternera. Cuando terminamos de comer nos pusimos a charlar en el sofá mientras veíamos la tele.
-¿Que tal es la tienda?- pregunto Alice.
-Es genial, es pequeña pero muy bonita. Hay de todo.
-¿Y cuando empiezas?
-El jueves a las 15:30 y hasta las 18:00, así que no me pongáis muchas tareas por la tarde.- dije mirando a Sophie.
Alice se fue a fregar los platos y yo me quedé hablando con Sophie. Me dijo que se había pasado por la universidad, que era muy bonita. En la recepción le habían dicho que todo estaba correcto, todos los papeles rellenados y todo sin ninguna complicación.
-Me han dicho que la semana que viene hay que estar un poco antes, como unos diez minutos, para que nos enseñen las instalaciones antes de las clases.
-Genial.- dije sin apartar la vista de mi portátil.
Alice regresó y se sentó en el sofá. Mi móvil sonó.
-¿Diga?
-¡Hola Helena! Soy Alan. Quería saber si querías venirte conmigo y unos amigos al cine.
-¿Al cine? ¿Ahora?- repetí para que mis amigas estuvieran al corriente de la conversación. Me hicieron gestos para preguntarme quien era.- Es Alan, el chico de la tienda.- dije tapando el micrófono del móvil.
-¿Que dices?.- decía mientras mis amigas me enseñaban sus pulgares arriba para decirme que aceptara.
-¿Pueden venir mis amigas también?- ellas negaron con la cabeza.
-Claro, que se vengan. En la plaza de la tienda en media hora.
-Hasta ahora.- colgué el teléfono.
-¿Porque le has dicho que vamos nosotras?- preguntó Alice.
-Casi ni le conozco.
-¿Y? Puede que el te quiera conocer a solas.- dijo dándome codazos. La fulminé con la mirada.
-Pero me iba a morir de vergüenza sola.
-Pero....
-¡Vale ya!- la interrumpió Sophie.- Sea como sea vamos a ir, y solo tenemos media hora para prepararnos, así que las dos a la ducha, y cuando salgáis de vuestro cuarto os quiero ver tan guapas que me quede con los ojos abiertos de por vida y con una sonrisa que os de la vuelta a la cara, ¿entendido?- las dos asentimos rápidamente y nos fuimos a nuestros respectivos cuartos de baño.
Como solo tenía menos de media hora salí enseguida de la ducha, a diferencia de otras veces, que me podía estar como unos 10 minutos fácilmente. Al salí rebusqué en mi armario, hasta que decidí ponerme esto Click aqui y bajé al salón. Alice y Sophie me estaban esperando. Sophie llevaba esto Click aqui y Alice esto Click aqui. Cuando llegamos al cine, no vi a Alan. Miré mi reloj, ya tendrían que haber estado aquí hace 5 minutos. Nos pusimos a mirar mejor.
-¡Ahí!- dijo Alice señalándolo con el dedo. Solo se veía la figura de un chico levantando la mano y sacudiéndola en el aire, pero si, era Alan, lo supe mas que nada por su pelo.
Nos acercamos. Había unos 3 chicos con el, y otras dos chicas. Nos presentaron, pero sinceramente no me acuerdo de sus nombres, solo se que uno estaba tonteando con Sophie, cosa que no le hacia ni pizca de gracia, era de la clase de chicas que se sienten incomodas delante de los chicos a los que no conocía demasiado, y mas si intentaban ligar con ella. Estuvimos un rato decidiendo que película queríamos ver. Al final nos decantamos por una película que acababan de estrenar. Entramos y Alan me invitó a unas palomitas, a lo que le dije que no, pero insistió, al menos le convencí para que las compartiera conmigo, nunca me había conseguido acabar uno de esos enormes cuencos de palomitas de los cines. Al entrar Sophie se puso en medio de nosotras dos, decía que no quería que el chico que estaba tonteando con ella se le pusiera al lado. Alan se sentó a mi derecha, con el gran bol de palomitas en las rodillas. Empezó la peli. Me empezó a gustar, y me quedé muy concentrada viéndola, casi ni pestañeaba. Mas o menos a mitad de la película, Alan bostezó y pasó su brazo sobre mi hombro. No le di importancia y seguí viendo la peli, pero a los pocos minutos se acercó a mi y me besó en el cuello. Los ojos se me abrieron como platos, ¿que estaba haciendo? Me puse super nerviosa, así que busqué una escusa para que se apartara de mi. Me levanté del asiento.
-¿A donde vas?- preguntó.
-Al baño.- respondí mientras caminaba.
No tenía ganas de ir al baño, pero tenía que salir de ahí. ¿Porqué había hecho eso Alan? ¿Estaba ligando conmigo? Obviamente. Como le iba a decir que no quería nada con el... “Espera... ¿No quiero nada con el?” pensaba mientras me miraba al espejo. Alan era guapo... y estaba bueno, pero era mi amigo, o así le había considerado yo. Igual si solo teníamos un rollo tonto, no pasaba nada, ¿no? Tenía muchísimas ganas de enrollarme con el, pero no quería nada mas, que al salir del cine fuera como si no hubiera pasado nada. Al final decidí preguntárselo. Me senté de nuevo en el asiento, dispuesta a hablar con el, pero no me dio tiempo ni a decir “hola” Alan me empezó a besar muy lenta y suavemente en cuello. Me sorprendí, pero no le aparté, quería que lo hiciera. Miré a los lados para comprobar si alguien nos estaba viendo. El seguía besándome el cuello. Mi respiración se agitaba. No podía mas, quería besarle, así que lo hice. Le agarré del cuello llevándole así a mis labios. De vez en cuando me daba cuenta de que estábamos en el cine, y le hacia parar, pero el enseguida se volvía a lanzar a mi. Al acabar la peli nos separamos rápidamente. Todo se iluminó y la gente empezó a salir de la sala. Me di cuenta de que nuestro gran bol de palomitas había acabado en el suelo. Me moría de vergüenza, “nos han pillada, nos han pillado, nos han pillado...” me repetía una y otra vez en mi cabeza, y para colmo, Alan no me quitaba ojo de encima, estaba claro que no sabía disimular.
-Esta noche vamos a ir a una discoteca, ¿os apetecería venir?- dijo Alan mirándome. Hice intención de responder, pero Alice se me adelantó.
-¡Claro! ¿A que hora?
-A las 23:00 os pasamos a buscar. Me mandáis vuestra dirección, ¿vale?
-Estupendo.- dijo esta vez Sophie.
Nos despedimos de todos y nos fuimos para casa. No habíamos avanzado a penas 100 metros cuando empezó el interrogatorio.
-¿Te has enrollado con Alan?- dijo Alice gritando.
-¡CHSSS! ¡No grites!- dije bajando la voz.
-Si no nos entienden... Bueno, lo importante, te has enrollado con Alan.-dijo Sophie.
-Y de que manera, se agarraba a sus morros como si se fuera a caer por un precipicio.- dijo Alice. Las dos se empezaron a reír.
-¿Tanto se ha visto?- dije avergonzada.
-Jodo, era imposible no veros.- me respondió Alice.
-Bueno.. tu estabas a mi lado, igual los demás no nos veían...
-No creo. Todo el cine estaba pendiente de vosotros. Es que, si al menos hubierais disimulado un poco... pero no os habéis cortado ni un pelo ¿eh? Jajajaja.
-Por favor que vergüenza...
-Pero cuéntanos que ha pasado.- intervino Sophie.
Se lo conté todo, del principio al final, también que yo solo quería un rollo, nada mas.
-Esta noche, en la disco, se lo diré. No quiero que se piense cosas que no son.
-Pues por la manera en la que te miraba a la salida del cine, no creo que el te quiera solo como lío-amiga.- masculló Sophie.
Casi sin darnos cuenta, ya estábamos en casa. Preparé la cena y nos fuimos a preparar para la noche.


lunes, 16 de julio de 2012

CAPÍTULO 3 ^^

(Narra Zayn)

Me desperté con un dolor de cabeza impresionante, ojeras y la voz rasgada. A mi lado había una chica rubia, con el pelo corto, de la cual no me acordaba muy bien del nombre. Intenté recordar la noche anterior, pero fue en vano. Me dirigí a la cocina a por un vaso de agua y algo de comer. Miré el reloj de la pared, las 16:00. “Mierda” pensé. Tenia que haber estado en la tienda hace media hora. Mi jefe me iba a matar. Sin darle mucha importancia fui a darme una ducha, realmente la necesitaba. Al salir la chica rubia ya no estaba. En la mesilla había una nota:
“Ayer me lo pasé genial, tenía mucha prisa, siento no haberme despedido. XX Jennifer”
No me importó en absoluto que se hubiera ido, es mas, era lo que quería. Empecé a recordar la noche anterior.
FLASHBACK
Había invitado a Louis a una discoteca para que se divirtiera un poco. Al llegar nos sentamos en unos sofás que había en el fondo. Cuando fui a por unas bebidas vi a Jennifer. Estaba bailando con una amiga, la cogí del brazo y empecé a bailar. Ella me siguió el rollo. Me acerque a sus labios lentamente hasta que nos besamos. Paró un momento para acercarse a mi oído.
-¿Vamos a tu casa?
Sin responderle la agarré del brazo y me la lleve fuera, y de ahí a mi casa.
FIN DEL FLASHBACK
Me froté los ojos. ¿Se habría enfadado Louis por dejarle solo en la discoteca? Seguramente. A pesar de mi falta de tiempo, decidí llamarlo.
-¿Diga?
-¿Louis?
-Que quieres.- su voz no era de enfado, mas bien de cansancio.
-Tío, siento haberte dejado ayer solo, pero me surgió un compromiso...
-Vamos, una tía buena ¿no?- me cortó.
-Jajaja si,pero muy buena, bueno¿me perdonas?
-Claro que si tío, sinceramente iba tan pedo que no me acuerdo de nada.
-Bueno, me voy que llego tarde a trabajar.- le colgué
Me vestí rápidamente y me fui caminando a la tienda, que no estaba muy lejos de mi casa. Al poco rato vi a una chica, ¡y menuda chica! Estaba bailando mientras sacaba cosas de un camión. Movía el culo de una manera alucinante, como no lo había visto hacer a ninguna otra chica.
-¡Eh preciosa, necesitas ayuda!- le grité, pero no obtuve respuesta alguna. Volví a gritarle, esta vez mas fuerte, pero nada, seguía bailando de esa manera que me dejaba embobado. ¿Me estaba ignorando? ¿A mi? Eso era imposible. Me acerqué mas, estábamos a unos 5 metros de distancia. Se lo volví a repetir, y nada. Al menos pude comprobar la razón de que me ignorase. Llevaba puestos los cascos. Me acerqué con cuidado para que no me viera, le quité delicadamente un casco.
-¿Necesitas ayuda preciosa?- dije en un susurro.
Se giró de inmediato a la vez que soltó un pequeño grito. Su cara era de asombro, miedo y un poco de asco.
-¿Pero a ti que te pasa? Menudo susto me has dado...- dijo con la respiración alterada.
-Solo quería ser amable.- dije acercándome a ella.
-No, no necesito ayuda.- dijo fulminándome con la mirada
-Pero esas cajas parecen muy pesadas...
-Tu si que eres pesado, te he dicho que no necesito ayuda.
Me acerqué todavía mas y la intenté besar, pero antes de que nuestros labios se rozaran me dio una bofetada en toda la cara.
-Eh... tranquila gatita, no hay porqué sacar las garras.- le dije burlón.
-Imbécil.- dijo con cara de asco.
Se giró y continuó sacando cajas. Se volvió a poner los cascos, pero yo se los volví a quitar. Se los puso de nuevo, y se los quité.
-¡¿Me quieres dejar en paz?!
-Tranquila, ya me voy, pero como se que echarás de menos, toma mi número.- le dije guiñándole un ojo. Lo tiró al suelo. Lo recogí y se lo metí al bolsillo. Le dí una palmada en el culo y me fui a trabajar sin darle oportunidad de que me gritara. Ya llegaba una hora tarde.

(Narra Helena)

Terminé de subir la última caja a mi habitación. Estaba exhausta, así que bajé al salón con las chicas, que seguían viendo la tele.
-¿Que es eso que llevas en ahí?- dijo Alice cogiendo un papel que asomaba por mi bolsillo.
Me di cuenta de que era el número de ese imbécil e intenté impedir que lo vieran, pero me fue imposible.
-¿Esto es un número de teléfono, pillina?- me dijo Sophie.
-¿Algo que quieras contarnos?- dijo Alice.
-Nada, un gilipollas.- respondí.
-Si si, ¿cuando lo has conocido?- continuó Alice.
-Se me ha acercado cuando estaba sacando cajas del camión.
-¿Como es?
-No me he fijado.- Mentí. La verdad es que si me había fijado, y mucho. Era guapísimo, con un cuerpazo para caerte muerta para atrás. Sus ojos marrones te dejaban hipnotizada, pero por muy bueno que estuviera, era un idiota.
-¿Y que te ha dicho?- dijo ahora Sophie.
-Nada, era un creidillo de esos.
-¿Como se llama?
Es verdad, ¿como se llamaba? Ni si quiera me lo había dicho.
-No lo se...
Las dos se me quedaron mirando extrañadas. Estuvimos hablando un buen rato, y cuando nos dimos cuenta ya eran las 23:00, así que nos fuimos a la cama, había sido un día agotador.




sábado, 14 de julio de 2012

CAPÍTULO 2 ^^

No olvides poner tu opinión en los comentario y gracias por leer! :)

Me miraron confusas, así que continué hablando.
-Lo que quería deciros es... ya que hemos aprobado todas con buena nota, si queríais venir conmigo a Londres... a vivir.
Abrieron los ojos y la boca, se miraron la una a la otra y volvieron a dirigir la mirada a mi.
-Tías, no me miréis así, que me dais miedo.- dije tapándome los ojos con las manos.
-¡Es que es muy fuerte!- Dijo Sophie aún con cara de sorpresa.
-Se que no es una decisión fácil y que no se puede tomar a la ligera, pero si os lo pensarais...
-No,- me interrumpió Alice.- si lo fuerte es que dudes de que no queramos a ir a vivir a Londres contigo ¡COMO NO VAMOS A QUERER!
-¿¡ENTONCES SI!?- dije emocionada.
-¡CLARO!- dijeron las dos a la vez.
Me levanté corriendo y les dí un abrazo.
-Pero... ¿Y la universidad?- dijo Alice.
-Por eso no os preocupéis, estoy matriculada para cuando empiecen las clases en una en Londres, y tengo enchufe. Mi tío hizo una donación importante, y puedo hacer que os admitan sin problemas.
Me volvieron a abrazar, solo faltaba hablarlo con nuestros padres. Los míos estaba claro que me dejaban, y los de Alice y Sophie eran bastante indulgentes.
Antes de comentárselo, esperamos a que pasaran un par de días, no quería agobiar a mi madre después de la muerte del tito.
-¿Seguro que te las apañarás bien sola?- repetía mi madre.
-Mama, Alice y Sophie vivirán conmigo. Todo nos ira bien.
-Pero nosotros no podremos pagaros todo.
-Tenemos la tienda del tito.
-¿Y la universidad? ¿Tendrás tiempo para estudiar?
-Que si, te prometo que será mi mayor prioridad.
-¿No eres muy joven para irte tan lejos?- dijo esta vez mi padre.
-Tengo 18 años, Peter se mudó a Londres con mi edad.
-No se, no estoy del todo convencida.- dijo mi madre levantándose del sofá.
-¿Por qué?- dije triste.
-No me convence que te vayas tan lejos.
-Te llamaré casi todos los días. Venga mama, sabes que me portaré bien, ya llevo casi un año viviendo por mi cuenta, no hay tanta diferencia a que viva en Londres.
-Bueno... Pero como me entere que has roto aunque sea un plato, te vienes derechita a casa.
-¡¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS MAMA!!- decía mientras le besaba en la mejilla. Luego besé a mi padre y me fui a casa a decírselo a las chicas.
Cuando llegue las llamé, y en menos de 3 minutos estaban en mi casa.
-Después de mucho insistir, me han dicho que si.- dijo Alice alegre.
-¡Y a mi!- le respondí.
-Los míos dicen que se lo van a pensar, pero creo que me dejaran.- dijo Sophie. Las tres nos abrazamos.
Estábamos charlando sobre las cosas que nos íbamos a llevar a nuestro nuevo hogar, cuando llamaron a la puerta.
-¡YA VOY!- respondí mientras me levantaba del sofá. Era Peter.
-¡¿Qué es eso de que te mudas a Londres?!- me dijo enfadado.
-¿Qué?- dije confusa.
-Mira niñata, como me cortes el rollo...
-¿Perdona?- le interrumpí.-¿Qué te piensas? ¿Qué voy a estar todo el día detrás de ti y de tus amiguitos?
-Eso es lo que hacías cuando vivía en España.
-Si, en esos tiempos en los que tu vida me parecía interesante ¿no?
-Venga, no disimules.
-Uh si Peter, no tengo otra cosa que hacer que ir chupándote el culo.- dije con ironía.
-Ya ves, así de emocionante es tu vida que quieres vivir la de tu hermano.
-Bájate de la nube, no sea que te vayas a caer.
-Y además, voy a tener que estar todo el día pendiente de tres crías...
-¿Cómo?
-Mama me ha dicho que te vigile.
-¡Pues dile a mama que no necesito que nadie me vigile, y menos un idiota como tu!- no le deje responder, le cerré la puerta en las narices. Me giré y vi a Alice y Sophie mirando la escena.
-Me encanta como acabas las peleas.- dijo Alice.
-¿Qué?
-Es que dices una frase de estas que te dejan a dos velas y te vas, bueno... en este caso cierras la puerta.- Me empecé a reír y volví al salón.
Las siguientes conversaciones giraron en torno a la pelea y a lo gilipollas que había sido Peter. No quería hablar de el, y menos de la pelea que acabábamos de tener, porque aunque fuera un gilipollas sin cerebro ni personalidad era mi hermano y, en el fondo, me dolía no estar mas unida a el. Durante unos segundos nos quedamos en silencio.
-No puedo entender como te puede gustar mi hermano.- solté de repente. Las dos se sorprendieron, sabían que ese tema en mi presencia era tabú, menos cuando a Alice se le escapaba un piropo por lo bajini. Alice no tardó nada en buscar mil razones por las que le gustaba, y yo menos en buscar otras dos mil por las que le odiaba.
-Pero tienes que admitir que esta bueno.- dijo tajante.
-Lo admitiría si fuera verdad.- si era verdad, pero nunca lo diría en alto.
Me tiró un cojín a la cara.

(Dos meses después)

Acabé de empaquetar mis cosas en la última caja, mi cuarto quedó vacío. Peter vino y cogió otra caja para meterla en el camión de la mudanza. Esa misma mañana salía nuestro avión. Por desgracia para mi, Peter vendría con nosotras. Todavía estábamos enfadados, pero por órdenes de mi madre tenía que ayudarme con la mudanza. Cuando mi habitación quedó libre de trastos, empecé a hacer la maleta, bueno, mas bien las maletas. Decidí ponerme esto Clikc aqui y me recogí el pelo en una coleta alta. Salí al jardín, donde Peter me esperaba para montarme en su coche. -Tenemos que recoger a la chicas.- le dije mientras me montaba. -Vale, pero no se donde viven, me vas indicando. Llegamos a la casa de Alice, metimos sus cosas en el camión, y fuimos a por Sophie, con la que repetimos ese mismo proceso. En el aeropuerto nos esperaba la peor parte del viaje, las despedidas.
-Prometeme que te vas a portar bien.- decía mi madre medio llorando.- Y no dudes en llamarnos si surge alguna emergencia, a nosotros o a Peter. Puse los ojos en blanco y asentí de mala gana. Mi padre se acercó a mi y me dio un fuerte abrazo.
-Pasatelo muy bien mi amor.
-Te lo prometo papa.- dije sonriente.
-Si te llevas al novio a casa, no olvides..
-¡Papa!- le corté.
-Vale, vale... me callo.
Le abracé por ultima vez, y me alejé con las maletas. Alice y Sophie me alcanzaron en seguida y nos despedimos de todos con la mano.
Dejamos las maletas, nos montamos en el avión, me puse los cascos y me quedé dormida durante todo el viaje. Al llegar Peter nos llevó a casa, seguido del camión de la mudanza. Ninguna de las tres tenia ni la mas mínima idea de donde estaba la casa. Peter paró en frente de un edificio bastante grande, de unas 8 planta. Al subir nos dio las llaves. Nuestro piso era el 5º C.
-El botones os ayudara con las cajas, si necesitáis algo tenéis mi numero de casa en la pizarra de la nevera, y al lado el del móvil.- se fue.
Al entrar alucinamos, el piso tenía dos plantas. En la planta de abajo en salón ocupaba la mayor parte de la planta, excepto por un pequeño baño, la cocina y el cuarto de la lavadora. Al subir las escaleras te encontrabas con un pasillo bastante largo y ancho. A los dos lados del pasillo había habitaciones, en total 5, cada una con su respectivo baño, y al final un pequeño saloncito que debía ser la biblioteca. La primera habitación a la izquierda era la de Alice, era muy grande y estaba toda decorada con unos muebles oscuros, pero con las paredes claras. Había una gran cama en el centro de la habitación, y unas cuantas ventanas a los lados. La de Sophie era la segunda a la derecha, era mas o menos como la de Alice, pero con distinta orientación de los muebles y otros colores. La mía era la última a la derecha, era preciosa, muy luminosa, con un ventanal que ocupaba toda una pared, un escritorio en madera de cerezo y una cama en la que cabíamos Alice, Sophie y yo, y aún sobraba algo de sitio. Al lado de la cama había una gran televisión, que se podía orientar hacia un sofá al otro lado. Los baños eran todos iguales. Una ducha con hidromasaje, el retrete y un espejo encima del lavabo.
Las chicas empezaron a sacar sus cosas del camión, ayudadas por el botones del edificio. Yo decidí hacer la comida, ya que estábamos algo hambrientas de nuestro largo viaje. Cuando terminamos de comer, las chicas se fueron a ver la gran televisión en el gran sofá de nuestra gran casa, y yo fui a sacar mis cosas del camión. Como iba a tardar un rato, ya que era la que mas cosas había traído, y las que estaban mas al fondo, me puse mis cascos y empecé a escuchar música. Sin darme cuenta, cuando sonó mi canción favorita, la bailé como si estuviera sola en la calle.


martes, 10 de julio de 2012

CAPITULO 1 ^^

El maldito móvil me sacó de mis sueños, me incliné hacia delante de mala gana y me dispuse a apagar la alarma, pero resultó ser mi madre, que me estaba llamando.
-¿Mama?- Dije con la voz apagada.
-Hija, ven a casa, no tardes.- Me dijo ella como podía, se notaba que había estado llorando. Después de acabar la frase me colgó de inmediato.
-¿Mama?¿Que ha pasado?- dije, aún sabiendo que no podía oírme.
Me levanté de la cama lo mas rápido que pude, me vestí con lo primero que encontré en el armario, arranqué el coche directa a la casa de mis padres, que quedaba a mas o menos 10 min de la mía. Con las prisas ni siquiera había mirado la hora que era, las 8:30. Al llegar al pequeño apartamento de mis padres, aparqué el coche en el parking reservado para las personar residentes del edificio y subí. Mi madre me debió de ver por la ventana o por la mirilla porque antes de que pudiera llamar al timbre, abrió la puerta y me abrazó.
-¿Que a pasado?- Dije nerviosa.
-Ven, pasa.- Me dijo todo lo tranquila que pudo.
Pasé al pequeño saloncito y me senté en el sofá. Mi madre vino enseguida acompañada de mi padre, que me abrazó fuerte, y con una bandeja con tres cafés y unas pastas.
-¿Me lo vais a contar ya?- Dije impaciente.
Mi madre abrió la boca con la intención de decir algo, pero al ver que no le salían las palabras, le hizo un gesto a mi padre para que lo dijera el.
-Como ya sabes, tu tío Ignacio tenía cáncer de pulmón desde hace unos meses, - al oír esas primeras palabras me cayeron unas lagrimas por la mejilla, sabía lo que iba a decir- ayer por la noche, en el hospital, hubo una complicación, falleció.
Intenté contener las lagrimas, pero no pude, me tape la cara con las manos y empecé a llorar, acompañada de mi madre.
-Pero... los médicos dijeron que estaba estable, que el cáncer no estaba muy extendido y que aún tenía como 2 meses de vida.- Logré decir.
-Al parecer no lo vieron bien. En la autopsia verificaron que había mucho mas tumor del que se veía en las pruebas.
Volví a llorar de nuevo, levanté la cabeza y miré a mi madre, la cual estaba llorando aún mas que yo, me levanté y le di un gran abrazo.
Tras aproximadamente media hora de llanto, cogí uno e los cafés de la bandeja y le di un pequeño sorbo.
-He llamado a tu hermano, llegara aquí después de comer.- dijo mi madre cogiendo otro de los cafés, y dándole un bocado a una pasta.
-¿Se lo has contado ya?
Mi madre asintió con la cabeza, mostrándome una pequeña sonrisa falsa.
-¿Te quedaras a comer?- continuó mi madre.
-Si, claro, estaré contigo el máximo tiempo posible.- dije mirándola a los ojos.
Cuando me terminé en café, me dirigí a la habitación de mis padres, y como suponía, estaba muy desordenada. La limpié de arriba a abajo, y continué por el baño, la cocina, el salón, y la terraza.
Al terminar, me puse un poco a ver la tele para matar el tiempo antes de la comida, pero no pasaron ni 2 min antes de que mi madre me llamara para comer.
Después de la comida lavé los platos y me senté en el sofá al lado de mis padres. Saqué mi móvil del bolsillo y me metí a twitter para responder las menciones.
Llamaron a la puerta y mi padre se levantó a abrir.
-¡Peter!- dijo mi madre levantándose para abrazarle.
Después le abrazó mi padre, y por último se dirigió a mi. Me dio dos besos en la mejilla sin ningun entusiasmo.
-Peter- le dije.
-Helena- me respondió el en el mismo tono.
Puse los ojos en blanco y giré la cara.
Mi hermano y yo nunca nos habíamos entendido, eramos como niños pequeños, siempre discutiendo, y llegó un punto en el que nos dejamos de hablar. Me limitaba a ignorarle, como hacía el.
Mientras mi padre le contaba con mas detalle todo sobre la muerte del tío Ignacio, intenté hacer oídos sordos a todo, mas que nada para no volver a llorar otra vez, pero no pude evitar que se me saltaran un poco las lágrimas, al igual que a mi madre.
-Hay otra razón por la que os hemos hecho venir.-dijo mi madre.- El tito Ignacio no tenía mas familia que nosotros, y al ser su hermana me a tocado gran parte de la herencia, en definitiva casi todo su dinero, pero a vosotros os ha dejado algo también.
La expresión el la cara de Peter cambió, casi hasta sonrió, parecía que se alegrase de la muerte del tito.
Mi madre sacó una carta del bolsillo y la empezó a leer en voz alta. Básicamente decía que no le quedaba mucho, que nos quería, y a continuación pasó a leer el reparto.
-”A Peter, mi queridísimo sobrino, quiero decirle: Peter, nunca te rindas, lucha por tus sueños, pero se que tu sueño es caro, ser un artista al principio lo es, así que para darte un empujón te dejo unos 20.000 euros, ¡pero no te lo gastes todo de golpe! Por ahora tu madre te los guardara.”- se secó las lagrimas con un pañuelo y continuó. - “A mi pequeña Helena, lo mas parecido que he tenido a una hija, se que eres mas responsable que tu hermano a pesar de ser 2 años menor, por eso te dejo mi casa en Londres. Se que la disfrutarás tanto como yo quise disfrutarla, pero no puedes vivir en Londres sin un trabajo, así que te dejo al cargo de mi tienda de música, ¡cuídala bien! tengo muy buenos recuerdos en ella.- volvió a cerrar la carta y la metió en su bolsillo.
Mi madre lloraba, mi padre lloraba, mi hermano, el estúpido de el, estaba hasta contento por la herencia, aunque también lloraba, pero a mi se me secaron las lagrimas... ¡¿UNA CASA EN LONDRES?! Joder con mi tío, siempre nos escondía su riqueza, ¡pero no tenia ni idea que tenia tanta! Y ademas dueña de una tienda... ¡en Londres también! Eran demasiadas cosas para asimilar en un solo día...
Al anochecer, me despedí de mis padres y me fui a casa a descansar, había sido un día muy largo.

(Al día siguiente)

Me di una ducha rápida y me vestí. Me puse esto Clic aqui, lo mas apropiado para un entierro.
Salí a la calle y me monte en el coche de mi hermano.
-Vas muy guapo.- le dije sonriente. A decir verdad, mi hermano era muy guapo, tenia los ojos verdes y el pelo negro con una cresta corta que, al final, se le rizaba. La gente decía que nos parecíamos mucho, pero yo siempre le había considerado mas guapo que yo.
-Y tu.- dijo sin separar la mirada de la carretera.
Al llegar, todo estaba lleno de gente. Para mi sorpresa, mis dos mejores amigas estaban ahí. Vinieron corriendo hacia mi y me dieron un fuerte abrazo.
-Lo siento mucho Helena, de verdad.- dijo Sophie.
-Si nos hubieras llamado anoche, te habríamos ido a hacer compañía.- dijo esta vez Alice, se les veía bastante apenadas a las dos. Les dí un fuerte abrazo.
Al acabar el entierro, Sophie y Alice vinieron a casa conmigo. Yo quería pedir un taxi, pero Alice se le ocurrió otro medio de transporte.
-Peter ¿podrias llevarnos a casa?- dijo mirandole con ojos tiernos y tocandose el pelo. A Alice le volvia loca mi hermano, siempre decía “tiene un polvazo...” y a mi no me gustaba nada que tonteara con el, pero no podía evitarlo.
-Claro, subid al coche.- dijo el, sin hacer caso a las insinuaciones de Alice.
En 5 minutos estábamos en mi casa. Nos sentamos en la cama de mi cuarto.
-Chicas... tengo que comentaros algo.- dije algo nerviosa.
-Si le vas a decir a Alice que no tiene oportunidades con Peter, ni lo intentes, es imposible convencerla.- rió Sophie. Alice le fulmino con la mirada.
-No... es algo serio.
Al ver mi expresión, Alice y Sophie me miraron atentas.
-Se trata sobre la herencia de mi tío Ignacio. Es una casa grande, demasiado para estar yo sola.

Gracias a todos por leer! No olvideis poner vuestra opinión en los comentarios y si quereis que os avise solo teneis que decirlo! Creo que aún tendreis que aguantar uno o dos capítulos mas de estos aburridillos, pero intentaré que sean lo mas divertidos posible. Lo último, la idea de poner la ropa el un enlace se la copié a twomorewishes.blogspot.com (os pongo el blog porque no me se su twitter) Es una novela prefecctisima. Un beso!



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Hola! Mi nombre es Elvira, soy Española y, por supuesto, DIRECTIONER!
He creado este blog, principalmente, para subir una Fan-Fic que estoy haciendo, pero con el tiempo igual subo algunas otras cosas como fotos o algunos facts.
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